El agua de Bogotá: un tesoro subterráneo a precio de ganga para empresas como Postobón que pone en peligro el futuro de la ciudad

Las empresas en Bogotá extraen millones de metros cúbicos de agua subterránea a precios irrisorios, pagando apenas 28 pesos por metro cúbico.

La extracción de agua subterránea en Bogotá ha sido una práctica común durante años. Numerosas empresas, especialmente en la localidad de Puente Aranda, han estado utilizando este recurso para sus operaciones industriales. A pesar de que el costo es significativamente bajo, con una tarifa de 28 pesos por metro cúbico, este tema ha generado inquietud, especialmente en cuanto a sus efectos sobre el terreno.

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Entre 2017 y 2023, las industrias en Puente Aranda consumieron alrededor de 5.5 millones de metros cúbicos de agua subterránea. Durante ese período, pagaron al Distrito solo 160 millones de pesos. La preocupación principal de expertos y académicos radica en el posible impacto que esta extracción masiva tiene sobre la estabilidad del suelo, pues han advertido que podría estar contribuyendo a hundimientos en la zona.

A pesar de los riesgos, el alcalde de Bogotá ha considerado la posibilidad de recurrir al agua subterránea como fuente alternativa, debido a la escasez de lluvias que ha afectado los sistemas de abastecimiento. Sin embargo, esta opción requiere un análisis cuidadoso, ya que no se cuenta con información precisa sobre la capacidad real de los acuíferos para sostener la demanda de la ciudad sin ocasionar daños.

Empresas como Postobón, que cuenta con dos concesiones en Puente Aranda, extrajeron en ese mismo período alrededor de 1.35 millones de metros cúbicos de agua, pagando aproximadamente 6 millones de pesos anuales. Otras industrias, como Textilia y Grasco, también se benefician de estas concesiones, habiendo extraído en conjunto 5.5 millones de metros cúbicos, volumen equivalente al consumo de 42,000 personas en la ciudad.

Los acuíferos que alimentan a Puente Aranda se forman a partir de las aguas de la formación Guadalupe. Sin embargo, científicos han advertido que el equilibrio entre la extracción y la recarga natural de estos acuíferos es fundamental. Un desequilibrio podría causar subsidencia, un fenómeno que afecta la estabilidad del terreno. De hecho, el Servicio Geológico Colombiano reportó que entre 2011 y 2017 Puente Aranda experimentó un hundimiento de 33 milímetros por año, lo que refuerza la preocupación sobre el impacto de esta actividad.

A pesar de los estudios, la Secretaría de Ambiente se ha mostrado escéptica sobre la relación directa entre la extracción de agua subterránea y los hundimientos en la localidad, señalando que las concesiones de agua no serían la causa principal de estos problemas en la zona.

Esto se da mientras Bogotá busca alternativas ante la escasez de agua superficial, el uso de acuíferos continúa siendo una opción para las industrias, aunque no está exento de posibles consecuencias a largo plazo para la infraestructura urbana.

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