Mientras la derecha busca culpar al Gobierno por el asesinato del exsenador Miguel Uribe Turbay, el presidente Gustavo Petro sacudió al país con explosivas denuncias que apuntan a las entrañas del narcotráfico y las mafias que, según él, dominan la política y la justicia en Colombia.
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En un extenso mensaje publicado en X, el Jefe de Estado puso sobre la mesa una oscura hipótesis: detrás del crimen contra Uribe Turbay no estaría la oposición ni un simple ataque político, sino una red de mafias internacionales que tienen tentáculos en el negocio de las esmeraldas, en las iglesias evangélicas y hasta en la Fiscalía.
“En el negocio de las esmeraldas, en el cual ya han muerto tres esmeralderos en Bogotá, asesinados por francotirador, figura el nombre de Julio Lozano, un narco que fue capturado en EE. UU. y que, al regresar, quiso recuperar su mina de esmeraldas en Coscuez, la cual fue vendida por su testaferro Sánchez”, denunció Petro.
El mandatario no dudó en señalar a la administración de Francisco Barbosa por haberle dado la espalda a las investigaciones contra Lozano y contra Sebastián Marset, narco uruguayo que, según Petro, es “el principal sospechoso del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci”.
En el negocio de las esmeraldas, en el cual ya han muerto tres esmeralderos en Bogotá, asesinados por francotirador, figura el nombre de Julio Lozano, un narco que fue capturado en EEUU y que al regresar quizo recuperar su mina de esmeraldas en Coscuez, la cual fue vendida por su… https://t.co/nuYQfJ569J
— Gustavo Petro (@petrogustavo) August 20, 2025
“La cúpula de la fiscalía de Barbosa nunca investigó ni a Julio Lozano ni a Marset, porque la dominaba el núcleo de los narcofiscales, que exportaban cocaína por el puerto de Buenaventura, en asocio con la junta del narcotráfico del que hace parte Marset”, sentenció el presidente.
Petro fue más allá: aseguró que esos mismos “narcofiscales” usaron el caso judicial de su hijo Nicolás Petro como herramienta de presión para manipular la elección de la actual fiscal general, Luz Adriana Camargo.
“Los narcofiscales usaron el caso de mi hijo para presionarme alrededor de la terna que debía presentar para la nueva Fiscalía. El narco Marset era socio de Julio Lozano. La federación de mafias, que tuvo asiento en Dubái, contó con la presencia de estas mafias colombianas y latinoamericanas que votan allí”, señaló.
Pero lo más inquietante llegó al relacionar las mafias con sectores religiosos y políticos. Petro aseguró que la misma iglesia evangélica que movilizó feligreses en favor de Álvaro Uribe cuando estuvo en prisión domiciliaria, fue usada como canal para mover dineros del crimen organizado: “Marset para matar al fiscal Pecci utilizó traslados de dineros usando una iglesia evangélica oscura con asiento en Paraguay y Colombia, dicha iglesia fue la única que movió feligreses para buscar manifestaciones de apoyo a Uribe”.
🗣️ “La gobernanza paramilitar empezó en Antioquia. Mi familia se exilió y yo fui amenazado de muerte y sobreviví tras hacer el debate del paramilitarismo en Antioquia […] Es probable, aunque la Fiscalía nos debe decir quien es, pero puede ser que el asesino de Miguel Uribe… pic.twitter.com/tCfcTN84N7
— RTVC Noticias (@RTVCnoticias) August 21, 2025
El presidente fue categórico al rechazar los señalamientos de la oposición: “La campaña de la derecha tratando de ubicar la autoría del asesinato en el gobierno, nace del intento de la junta del narco de evitar la investigación sobre ella misma”, enfatizó.
Y dejó una frase que retumba como advertencia sobre la violencia en el país: “Claro que había una guerrilla insurgente, hoy no existe. Lo que llaman hoy guerrillas son ejércitos privados del narcotráfico y su jefe se llama la junta mundial del narcotráfico, no es colombiana, pero hay un capítulo colombiano. Es probable que el asesino del senador Uribe Turbay esté ahí, por un negocio de esmeraldas”.
Petro cerró con una reflexión que hiela la sangre: “La única manera de sobrevivir en Colombia es saber quién puede matarte antes de que te maten”.
Por ahora, la investigación oficial mantiene bajo la lupa a la Segunda Marquetalia, pero lo cierto es que la sombra del narcotráfico, los esmeralderos y las mafias internacionales ya tiñen de sangre el caso que sacude a Colombia.





