Uribe traiciona a Paloma Valencia: le ofrece ser cabeza de lista en el Senado a cambio de salir de la contienda presidencial

Uribe movió sus fichas en secreto y ofreció a Paloma Valencia la cabeza de lista al Senado, una jugada que busca sacarla de la carrera presidencial y dejarla fuera del verdadero poder.

El uribismo vive una tormenta interna. Detrás de los aplausos y discursos públicos, en los corredores privados se mueve el ajedrez político de Álvaro Uribe, quien, una vez más, demostró que no está dispuesto a dejar que las mujeres de su partido tomen las riendas del poder. La más reciente jugada tiene como protagonista a la senadora Paloma Valencia, a quien el expresidente intentó sacar de la baraja presidencial ofreciéndole la cabeza de lista al Senado.

La Silla Vacía reveló que la propuesta se hizo en una reunión privada en Llanogrande, donde Uribe se encontró con varios de sus precandidatos, entre ellos María Fernanda Cabal y Andrés Guerra. En ese encuentro, tras la entrada inesperada de Miguel Uribe Londoño, padre del asesinado exsenador Miguel Uribe Turbay, el expresidente buscó calmar las aguas con un movimiento que para muchos es un “caramelo envenenado”: entregarle a Valencia el primer renglón al Senado, pero con la condición tácita de que se bajara de la carrera presidencial.

“Era lo más lógico, y con eso trató de tramitar esa tensión”, reconoció el senador Andrés Guerra, también precandidato del Centro Democrático.

El trasfondo es claro: Uribe nunca ha permitido que las mujeres de su partido ocupen el lugar central en su proyecto político. Valencia, quien ha sido una de sus voces más leales en el Congreso, recibió un “premio” que en realidad es un intento de neutralizar su candidatura. De aceptar, quedaría relegada a seguir defendiendo desde el Senado los intereses del uribismo, pero sin la posibilidad de competir por la Casa de Nariño.

Aun así, Paloma se negó a retroceder. El 27 de agosto, en un evento en el norte de Bogotá, lanzó oficialmente su precandidatura presidencial bajo el lema “Colombia Power”, asegurando: “Este es el momento de tomar la enorme responsabilidad de poner a Colombia nuevamente en pie. Yo creo en Colombia y estoy segura de que puedo ser una gran presidenta para todos los colombianos”. Y agregó: “No habrá un centímetro de Colombia que quede en manos de los violentos. La seguridad es la base de cualquier proyecto político”.

Mientras en público promete un país sin miedo, en privado lucha contra la sombra de su propio jefe político. La maniobra de Uribe dejó en evidencia que Paloma no cuenta con el mismo respaldo que figuras masculinas como Miguel Uribe Londoño, recién aterrizado en la contienda y de inmediato acogido en la baraja de precandidatos.

El expresidente, además, fijó que entre diciembre y enero se realice la encuesta interna para definir al candidato único. Ese cronograma deja poco espacio para que Paloma se consolide como una opción real y, por el contrario, fortalece el peso de las nuevas fichas masculinas a las que Uribe parece apostar con mayor entusiasmo.

El mensaje entre líneas es evidente: Uribe no confía en que una mujer lidere el futuro del Centro Democrático. Primero relegó a Cabal, y ahora, en plena contienda, intenta neutralizar a Valencia con una oferta que suena atractiva, pero que busca sacarla de la competencia presidencial.

En palabras simples: el uribismo volvió a mostrar su cara más conservadora, y las mujeres de su partido, por más lealtad y discursos de fuerza que den, siguen siendo las grandes sacrificadas en el tablero político de Álvaro Uribe.

También te puede interesar

Éste sitio web usa cookies, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de cookies