Después de que decenas de estas edificaciones resultaran afectadas durante las manifestaciones que tuvieron lugar en Bogotá, algunos ciudadanos en diferentes localidades de la capital del país decidieron por cuenta propia empezar a hacer arreglos y mantenimientos a las afectaciones que presentaban los CAIs de la Policía.
Para dicho propósito, compraron materiales, emplearon mano de obra y hasta repararon las instalaciones eléctricas de esos lugares en un tiempo récord de cuatro días con el argumento de que los uniformados pudieran volver a utilizarlos para así «garantizar la protección de la comunidad», dijo uno de los voluntarios.
«La Policía nos brinda apoyo y seguridad. No veo la necesidad de atacarlos ni de destruir cosas que son patrimonio. No podemos seguir en estas discordias. Unos cuántos han dañado a la policía pero eso va a cambiar», puntualizó un ciudadano.
Las personas que se prestaron para este trabajo, también se turnaron para cuidar las instalaciones en las noches, los hechos no solo tuvieron lugar en el CAI del barrio El Codito, sino también, en otras estaciones ubicadas en diferentes localidades de Bogotá.