Tierras del ‘Ñeñe’ Hernández y despojadas por Jorge 40 regresan a manos de campesinos gracias al Gobierno Nacional tras décadas de sangre y terror

Campesinos recuperan tierras usurpadas por el 'Ñeñe' Hernández y Jorge 40, en un histórico paso para la justicia agraria y la reparación de víctimas.

En un hito histórico, el Gobierno de Gustavo Petro devolvió la esperanza a 195 familias de Bellacruz, Cesar, al entregarles el predio «La América», expropiado a grupos de poder ligados al narcotráfico y el paramilitarismo. Esta tierra, antes en manos de José Guillermo Hernández, alias ‘Ñeñe’, es ahora un símbolo de reparación y justicia para víctimas del despojo violento.

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Maribel Vanegas, una de las beneficiarias, expresó: «Gracias, presidente, por permitirnos volver al campo tras años de oscuridad. Hoy las familias desplazadas recuperamos nuestro lugar.»

El proceso, liderado por la Agencia Nacional de Tierras (ANT), resarció a campesinos afectados por el Bloque Norte de las AUC, bajo el mando de ‘Jorge 40’. Tras casi tres décadas de lucha, estos colombianos regresan a sus raíces para labrar la tierra que les fue arrebatada.

El presidente Petro, en su intervención, recordó los crímenes impunes de figuras como Carlos Arturo Marulanda, implicado en masacres y desplazamientos masivos: «No hubo justicia para los campesinos asesinados en Bellacruz. Hoy estamos aquí para corregir la historia, devolviendo la tierra al pueblo, como ningún gobierno anterior se atrevió.»

Además, el mandatario destacó que esta entrega es parte de un cambio estructural, impulsado por la Reforma Agraria, que ya ha beneficiado a miles de campesinos: «El Cesar debe renacer como un departamento agricultor. No podemos retroceder al tiempo del terror y la concentración de tierras. Este es el camino hacia la paz y la justicia social.»

Mientras algunos sectores políticos intentan desacreditar los logros del gobierno, el compromiso con las víctimas sigue firme. Petro reafirmó: «Nuestro gobierno garantiza una democracia para todos, y seguimos subiendo la escalera hacia un país más justo y equitativo.»

El Cesar comienza a dejar atrás su pasado de violencia para construir un futuro de prosperidad y dignidad campesina.

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