El mural que se niega a desaparecer: Medellín vuelve a pintar memoria sobre La Escombrera a pesar de la censura de Federico Gutiérrez

Medellín se niega a silenciar su memoria: artistas y ciudadanos restauran el mural sobre La Escombrera que la Alcaldía borró en un controvertido acto.

La resistencia artística de Medellín se hizo sentir una vez más. Este martes, en el deprimido de la Terminal del Norte, alrededor de 200 ciudadanos se reunieron para restaurar el mural borrado por la administración de Federico Gutiérrez, un acto que muchos han catalogado como un intento por silenciar las memorias del dolor y la resistencia de la comuna 13.

Desde las 2:00 p.m., jóvenes, artistas y colectivos sociales llegaron al lugar armados de rodillos, escaleras y pintura para devolverle la vida a una obra que rinde homenaje a las víctimas de desaparición forzada en La Escombrera. Entre los asistentes también estaban las valientes mujeres buscadoras, quienes durante décadas han luchado por hacer visibles las atrocidades ocurridas en este emblemático punto de la ciudad.

El mural original, pintado el domingo 12 de enero, había sido borrado menos de 24 horas después por la Alcaldía, bajo la excusa de que no era arte urbano, sino una expresión política divisiva. Sin embargo, para quienes participaron en su creación, este acto representaba mucho más que pintura sobre un muro: era un grito de memoria y resistencia.

La obra incluía tres elementos poderosos: la frase «Las cuchas tienen razón», en honor a las madres de la organización Mujeres Caminando por la Verdad; la imagen de Margarita Restrepo, símbolo de la búsqueda incansable de su hija desaparecida; y la figura distorsionada del expresidente Álvaro Uribe con la frase «Yo di la orden», que remite a la Operación Orión ejecutada durante su mandato.

Luz Amparo Mejía, representante de Mujeres de la Candelaria Línea Fundadora, subrayó la importancia de estos murales como recordatorio de un pasado que no debe repetirse. “Las memorias no pertenecen a ningún partido político; son de las víctimas y de la sociedad”, afirmó desde el lugar.

La polémica no se limita al borrado del mural del deprimido de Caribe. La administración de Gutiérrez también eliminó previamente otro grafiti en la Avenida Paralela que decía: «Nos están matando», en referencia al asesinato de líderes sociales en el país. Para muchos, estos actos son un intento deliberado de invisibilizar las voces de quienes claman justicia y verdad.

Rafael Núñez, docente universitario y participante en la creación del mural, explicó que la obra buscaba resaltar los hallazgos en La Escombrera, donde cuerpos de víctimas del conflicto están siendo identificados por la JEP y Medicina Legal. Para él, esta expresión artística no solo denuncia, sino que también construye memoria colectiva.

El mural restaurado es ahora un símbolo de resistencia en Medellín. La comunidad artística y social espera que esta vez no sea borrado, pero la incertidumbre persiste. Mientras tanto, los colectivos prometen continuar visibilizando las historias de las víctimas a través de diferentes campañas, reafirmando que el arte y la memoria no pueden ser silenciados.

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