La alcaldía de Carlos Fernando Galán ha sido duramente cuestionada por no tomar medidas efectivas contra la creciente inseguridad en Bogotá. A plena luz del día, en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, un abogado fue brutalmente atacado mientras paseaba a su mascota. Un delincuente le disparó tres veces en Chapinero Alto, dejándolo en estado crítico. El impactante suceso, registrado en video, sacudió a la capital y puso en evidencia una alarmante realidad: la inseguridad en la ciudad sigue fuera de control.
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El alcalde Galán reaccionó de inmediato en redes sociales, asegurando que la Policía tenía «instrucciones claras» de actuar con contundencia. Sin embargo, más allá de la indignación mediática, las cifras muestran un panorama desolador. En lo que va de 2025, los homicidios aumentaron un 11% y alcanzaron la preocupante cifra de 1.204, la más alta en ocho años. Estos números contrastan con la promesa de campaña de Galán, quien llegó al poder con el lema «Bogotá camina segura» y con el compromiso de reducir la tasa de homicidios de 13,7 a 8 por cada 100.000 habitantes. Hoy, la cifra ha escalado a 15.
#Denuncias | 🏚️🚶♂️ Ante la creciente inseguridad, piden al alcalde Galán reforzar la seguridad en la zona. Conozca más detalles aquí ➡️ https://t.co/UOpqjFeqgm pic.twitter.com/fEOVOw4nlh
— Canal Citytv (@Citytv) February 1, 2025
El secretario de Seguridad, César Restrepo, intenta justificar el incremento alegando que la ofensiva contra las bandas criminales ha generado disputas internas que han elevado la violencia. Afirma que la Alcaldía ha capturado a 300 cabecillas y que la Policía ha golpeado estructuras delictivas. Pero la realidad es que los asesinatos siguen en aumento, y la percepción ciudadana de inseguridad sigue siendo alta, a pesar de que los hurtos han disminuido en un 18%.
La oposición, encabezada por el concejal Julián Uscátegui, no compra la versión oficial. Argumenta que las bandas criminales no han sido debilitadas, sino que han ganado poder y capacidad de acción. “Tienen más presupuesto para sicarios y saben que no les va a pasar nada”, asegura. Además, cuestiona la falta de transparencia sobre qué estructuras están siendo desmanteladas y denuncia la proliferación de bares irregulares que alimentan la violencia nocturna.
Ningún alcalde de izquierda podría sobrevivir en Bogotá como lo hace hoy @CarlosFGalan en medio de una ciudad sin agua, llena de basura, atracos y con el tráfico colapsado por cierres viales para seguir botando la plata en buses.
— Alexander Klein (@AlexKleinO) February 2, 2025
Lo que es ser de derecha y tener apellido.
Los expertos también desmienten la teoría de la Alcaldía. Felipe Mariño, director de Bogotá Cómo Vamos, señala que la ciudad no tiene la capacidad de alterar el orden de las bandas y que, por el contrario, estas parecen tener más control que la propia Policía. Hugo Acero, exsecretario de Seguridad, advierte que no se puede minimizar el problema justificando que las víctimas tenían antecedentes judiciales. “El Estado debe garantizar la vida de todos, no solo de algunos”, sentencia.
Las soluciones al problema son objeto de debate. Mientras la Alcaldía insiste en priorizar la focalización policial en zonas de mayor criminalidad, la oposición exige aumentar el pie de fuerza, mejorar la articulación entre seguridad pública y privada y destinar más recursos a la compra de tecnología. La falta de respaldo del Gobierno Nacional también es señalada como una traba para combatir el crimen.
Lo cierto es que, a un año de su gobierno, Galán enfrenta un desafío monumental. La violencia no solo no cede, sino que marca récords históricos, y su administración sigue sin ofrecer respuestas efectivas. La pregunta sigue en el aire: ¿Cuánto tiempo más tendrán que esperar los bogotanos para sentir realmente segura su ciudad?