El Congreso colombiano aprobó una ley histórica que por fin le pone freno a la industria de las encuestas electorales, ese negocio que por años ha jugado a torcer la voluntad popular y moldear opiniones a su antojo.
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A partir de ahora, y apenas el presidente Gustavo Petro la firme, ninguna firma encuestadora podrá publicar supuestas “mediciones de intención de voto” hasta tres meses antes del inicio oficial de inscripciones presidenciales. Es decir, Colombia estará libre de encuestas hasta el 31 de octubre de 2025.
El golpe fue duro para los reyes de los sondeos, que no tardaron en alzar la voz de protesta. “No puede ser”, se quejó César Caballero, de Cifras y Conceptos, mientras que Pablo Lemoine, del Centro Nacional de Consultoría, reclamó airado: “Nadie nos consultó”. ¡Qué ironía! ¿Acaso ellos consultan a la gente cuando nos bombardean con sus números dudosos?
Hacer encuestas de favorabilidad electoral sobre una víctima de ataque contra su vida q se encuentra en cuidados intensivos, no es solo una torpeza. Es una canallada, señores Guarumo. Columnahttps://t.co/alEawGPt2a
— CeciliaOrozcoTascón (@CeciliaOrozcoT) July 9, 2025
El gerente de Invamer, Martín Orozco, lloró porque la “gente no podrá expresarse” a través de sus encuestas pagadas: “La gente no podrá expresarse a través de un método científico comprobado, que si es contratado y publicado por un medio de comunicación de alcance nacional, le permite a la población saber hacia dónde van las preferencias”, lamentó. Pero lo que no dicen es cómo esas cifras “científicas” terminan influyendo en la mente de millones, marcando candidatos como si fueran productos de supermercado.
La ley no se queda corta: obligará a las encuestadoras a incluir a municipios grandes y regiones apartadas, a revelar bases de datos (sin nombres, claro) y a responder civil y penalmente si manipulan resultados. Además, una Comisión Técnica con expertos en estadística se encargará de vigilarlos con lupa.
#ElCalentao🥘 | Un proyecto de ley, que está a la espera de la firma del presidente Petro, que busca regular las encuestas políticas tiene enfrentados a congresistas y encuestadoras.
— Señal Colombia (@SenalColombia) July 11, 2025
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La iniciativa fue empujada por una alianza impensable: Angélica Lozano, Clara López y Paloma Valencia, que enterraron el hacha para darle a Colombia una oportunidad de decidir sin encuestas que les dicten qué pensar. Como dice Lozano: “Este proyecto ya se ha discutido en el pasado”. Y por fin se volvió realidad.
Con esta jugada, el país se sacude de años de encuestas que a punta de cifras infladas, márgenes fantasmas y titulares rimbombantes, moldearon candidatos y acomodaron alianzas a conveniencia de unos pocos.
Que quede claro: esta vez el Congreso no prohibió la libertad de expresión, prohibió la libertad de manipulación. Y eso, en plena era de la mentira disfrazada de “dato técnico”, es un triunfo que muchos celebran en silencio.





