La cadena de tiendas D1, orgullo del conglomerado Valorem, propiedad de la multimillonaria familia Santo Domingo, dueña además de gigantes como Caracol Televisión y Cine Colombia, está bajo la lupa por estrés extremo, persecución sindical, jornadas extenuantes y hasta un caso de intento suicidio ligado, presuntamente, a la presión dentro de sus tiendas.
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Según reveló el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, tras una maratón de inspecciones en 263 tiendas D1 y 6 centros de distribución, la situación es alarmante: “Las afectaciones a la salud incluyen estrés, trastornos del sueño, dolores musculares y secuelas de accidentes laborales no tratados a tiempo”, denunció el funcionario, quien no se guardó nada frente a los micrófonos.
Pero la pesadilla no termina ahí. La viceministra de Relaciones Laborales (e), Sandra Muñoz, soltó una bomba que sacude la imagen pulcra de D1: persecución sistemática a líderes sindicales, acoso laboral y un rosario de denuncias, más de 100 querellas, que motivaron la intervención del Gobierno. “Nuestras inspecciones han revelado graves riesgos psicosociales y condiciones laborales inadecuadas en varias sedes del país”, advirtió Muñoz, visiblemente indignada.
“En Bogotá atendimos un caso de intento de suicidio por estrés laboral en una tienda D1. Nuestras inspecciones han revelado graves riesgos psicosociales y condiciones laborales inadecuadas en varias sedes del país”, @sandramilemu, Directora de Inspección, Vigilancia y Control. pic.twitter.com/ihkGE8EnVC
— MinTrabajo (@MintrabajoCol) July 14, 2025
Entre los hallazgos hay jornadas de trabajo de ocho horas con apenas 30 minutos de descanso, sobrecarga de funciones, horas extra que nadie paga, descuentos arbitrarios por supuestos descuadres en caja y hasta la ausencia de algo tan básico como salas de lactancia, dejando en la indefensión a las madres trabajadoras.
En Bogotá, incluso, las autoridades investigan la trágica muerte de un trabajador que, según explicó la viceministra, se habría quitado la vida por la presión asfixiante dentro de una tienda D1.
A pesar de este tsunami de señalamientos, la cadena, que presume tener más de 25 mil trabajadores con contrato indefinido, insiste en su inocencia. En un comunicado, D1 se defendió asegurando que ha colaborado “de manera abierta y respetuosa” y que este proceso es un “ejercicio de control sin precedentes por parte del Ministerio en la historia reciente del país”. Además, se apresuraron a recalcar: “D1 no ha sido notificado formalmente de ningún cargo en su contra”.
En cumplimiento del mandato del Presidente @petrogustavo, hemos intensificado las inspecciones laborales en las tiendas D1. Los hallazgos son alarmantes: jornadas prolongadas, sobrecarga física y ausencia de pausas mínimas. Desde el @MintrabajoCol actuamos con firmeza para… pic.twitter.com/61bjuf1nv1
— Antonio Sanguino (@AntonioSanguino) July 14, 2025
No obstante, la lupa del Gobierno sigue sobre la marca favorita de miles de colombianos, que ahora carga con la sombra de ser, paradójicamente, uno de los peores lugares para ganarse el pan. El Ministerio ya advirtió que la investigación seguirá su curso y que se activará una mesa tripartita para intentar resolver este polvorín laboral que amenaza con estallar en las entrañas del emporio Santo Domingo.
Por ahora, mientras miles de colombianos siguen haciendo usted hace fila para comprar pan, miles de trabajadores de D1 esperan algo más que descuentos: esperan respeto, derechos y dignidad.





