Una verdadera tormenta política y social se desató en Bogotá tras la denuncia de un despido masivo que hoy tiene a más de 380 maestras de jardines infantiles literalmente en la calle y sin respuestas claras. La indignación es total: el alcalde Carlos Fernando Galán y su Secretaría de Educación cargan con la responsabilidad de una decisión que amenaza no solo el sustento de cientos de familias, sino también el derecho a la educación de miles de niños.
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La crisis estalló luego de que el Convenio 7784, que permitía la vinculación de estas docentes a jardines infantiles del Distrito, fuera sorpresivamente liquidado, dejando a mujeres, muchas de ellas con años de servicio, sin trabajo de un día para otro. El clamor de las afectadas no tardó en escucharse: para ellas, esto es una “masacre laboral” que no tiene justificación.
Ante la gravedad del asunto, el único que decidió dar la cara fue el Ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien no dudó en cuestionar la forma en que el Distrito de Galán manejó la situación. “Esa queja la hemos recibido y por supuesto que desde el propio despacho del Ministro ordenamos las investigaciones respectivas”, aseguró Sanguino, dejando claro que el Ministerio no permitirá atropellos a los derechos laborales.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, le da la espalda a la niñez y despide a 383 maestras con estabilidad laboral reforzada, tras fin del convenio de las Secretarías de Educación y de Integración Social. pic.twitter.com/O7egcQZYi0
— fecode (@fecode) July 4, 2025
Pero la crítica no se quedó solo ahí. Sanguino fue directo al denunciar lo que considera una vulneración inadmisible: “No tiene ninguna justificación que se afecte el derecho al trabajo de estas personas que venían vinculadas hace varios años al Distrito”, dijo el ministro, recalcando que estas maestras no eran reemplazables ni prescindibles, pues garantizaban un derecho básico: la educación de la primera infancia.
Mientras tanto, Galán guarda silencio ante el clamor de las docentes y las familias. Ni una palabra de alivio ni un plan de contingencia claro para evitar que los niños se queden sin atención. Para completar, varias de las maestras denunciaron que ni siquiera fueron notificadas de manera formal y se enteraron de su despido cuando llegaron a trabajar y se encontraron con las puertas cerradas.
🛑🔍#Bogotá | El @MintrabajoCol investiga el despido de más de 380 maestras provisionales en jardines infantiles del Distrito, por posible vulneración de derechos.
— RTVC Noticias (@RTVCnoticias) July 17, 2025
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“Estaban ofreciendo un servicio y atendiendo un derecho que es el de la educación de niños y niñas en el Distrito Capital”, recordó Sanguino, subrayando la doble dimensión del desastre: no solo se pisotea el derecho al trabajo, sino que se castiga a los más vulnerables.
El Distrito guarda un silencio que suena a complicidad y el Ministerio del Trabajo avanza en la investigación para determinar responsabilidades y posibles sanciones. “Una vez concluyamos esta investigación, informaremos oportunamente tanto a la Secretaría de Educación como a las personas afectadas y a la opinión pública”, prometió Sanguino.
El país entero espera que este caso no quede impune y que, esta vez, el alcalde Galán no mire para otro lado. Las maestras, sus familias y miles de niños merecen respuestas inmediatas y soluciones reales. Porque Bogotá no se gobierna jugando con la educación ni pisoteando la dignidad de quienes dedican su vida a enseñar.





