Petro destapó escándalo en medio de entrega de tierras: comandante de Policía brilla por su ausencia tras asesinato de campesino en La Dorada

El presidente Gustavo Petro explotó en La Dorada al descubrir que el comandante de Policía brillaba por su ausencia mientras él exigía respuestas por el asesinato de un líder campesino.

“No puede ser que esté el presidente de la República de Colombia y el comandante de la Policía de Dorada no me dé aquí parte”, lanzó indignado Gustavo Petro en medio de un evento histórico en el Magdalena Medio, donde se entregaron 18.000 hectáreas de tierra a campesinos.

La tensión se desató cuando el mandatario quiso preguntar por el asesinato del líder campesino Germán Roso Aristizábal, ocurrido en Puerto Salgar, Cundinamarca. La víctima había recibido tierras del Estado y, días después, fue asesinado en circunstancias que aún son materia de investigación. Petro buscaba respuestas de la Policía, pero el mayor Juan Camilo Hernández Aristizábal, comandante de La Dorada, brillaba por su ausencia.

Molesto, Petro cuestionó a viva voz: “En Puerto Salgar asesinaron hace pocos días un campesino. Y entonces, señores de la Policía, ¿dónde están? La Policía Nacional, ¿dónde está aquí? ¿Está o no está? ¿Dónde? Porque no veo por allá”.

La respuesta de su equipo fue lapidaria: el uniformado no estaba en el evento. Con evidente inconformidad, el presidente reiteró: “No puede ser… Vuelvo a preguntar tranquilamente: ¿dónde está el comandante de la Policía de La Dorada?”

El reclamo del jefe de Estado fue más allá de una simple molestia logística. Petro dejó claro que la vida del campesinado no puede quedar a merced de la indiferencia institucional. Con tono firme, advirtió: “La orden que da el presidente de la República es que aquí se cuida el campesinado o se cambia la Policía, porque no vamos a permitir un nuevo asesinato más. La Policía me responde por la vida del campesinado del Magdalena Medio. Aquí no viene otro ‘gacha’ a matar campesinos”.

La ausencia del comandante fue vista como un desaire al propio presidente de la República y un síntoma de la desconexión entre algunos mandos policiales y las urgencias del campo. Mientras el Gobierno avanza en su Reforma Agraria, devolviendo tierras que antes pertenecieron a narcotraficantes y paramilitares, la seguridad de los beneficiarios sigue siendo una deuda pendiente.

Desde la Consejería Presidencial de Derechos Humanos recordaron que el asesinato de Germán Roso “atenta contra la vida, la dignidad y los derechos de quienes trabajan por el bienestar de sus comunidades y por el acceso justo a la tierra en Colombia”, y advirtieron que es un mensaje de amenaza contra todo el proceso de recuperación de tierras.

El evento de La Dorada fue un hito: tierras que pertenecieron a alias “El Mexicano” y que sirvieron como centros de entrenamiento paramilitar pasaron a manos de organizaciones campesinas. Pero la sombra del crimen y la ausencia del comandante de Policía dejaron una advertencia clara: la Reforma Agraria no solo es entregar hectáreas, sino garantizar que quienes las reciben puedan vivir para cultivarlas.

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