¡Caos total en Bogotá! Concejal le exige a Carlos Fernando Galán cerrar el Vive Claro tras desastroso concierto fallido de Kendrick Lamar

Miles de fanáticos quedaron en shock tras la caótica cancelación del concierto de Kendrick Lamar en el Vive Claro, mientras concejales exigen a Galán su cierre inmediato por graves fallas y riesgos para la seguridad.

La noche que prometía ser histórica terminó convertida en un verdadero bochorno para Bogotá. Miles de fanáticos de Kendrick Lamar, algunos que esperaron horas en fila bajo la lluvia, se quedaron con las manos vacías tras la sorpresiva cancelación del concierto que debía realizarse en el polémico coliseo Vive Claro. El desastre no solo desató la furia de los asistentes, sino que encendió las alarmas en el Concejo de Bogotá.

El concejal José Cuesta Novoa no se guardó nada y lanzó un explosivo pronunciamiento en redes sociales: “Parece que se suspendió el concierto de Kendrick Lamar en Vive Claro. Hoy lo dijimos en la Audiencia Pública contra el ruido. Este escenario presenta fallas técnicas estructurales en su construcción. Pedí al alcalde Carlos Fernando Galán el cierre inmediato de este escenario”, denunció.

La indignación crece porque, hasta ahora, Galán guarda silencio mientras el recinto, cuestionado desde su apertura, sigue acumulando denuncias.

La concejala Quena Ribadeneira también alzó su voz, asegurando que el escenario fue construido sobre irregularidades urbanísticas y administrativas que hoy ponen en riesgo la seguridad de los ciudadanos. “Junto a la edilesa de Teusaquillo radicamos más de mil firmas que exigen frenar la obra Vive Claro y aún no hay respuestas claras”, sentenció.

Además, un informe del Idiger fechado en agosto reveló más de cuarenta observaciones técnicas no subsanadas en las graderías, procesos de construcción y medidas de seguridad. Pese a ello, el coliseo continúa funcionando como si nada pasara.

Los concejales coinciden en que la administración de Galán está jugando con la vida y los bolsillos de los bogotanos. “Mientras la querella no se resuelva y las observaciones técnicas del Idiger no sean subsanadas, lo responsable es ordenar su cierre preventivo”, advirtió Ribadeneira.

Cuesta Novoa fue aún más duro: “El ruido se ha convertido en un factor que hace imposible y absolutamente fastidioso el desarrollo de la vida cotidiana en Bogotá”, acusando al Distrito de permitir la proliferación de megaeventos que afectan directamente a miles de familias de sectores aledaños.

Lo que debía ser una fiesta para la música terminó siendo un escándalo de proporciones monumentales que deja mal parados tanto al Vive Claro como al alcalde Galán. Hoy, lo único claro es que Bogotá tiene un elefante blanco disfrazado de centro de eventos y que la paciencia ciudadana llegó al límite.

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