¡Histórico hecho de Petro! Disidencias entregan 14 toneladas de armas ¡Se les acaba el negocio a los amigos de la guerra!

En un golpe certero a los enemigos de la paz, el Gobierno de Gustavo Petro destruyó 14 toneladas de material de guerra en Putumayo, marcando un avance histórico en la política de Paz Total y dejando sin armas a quienes insisten en mantener viva la guerra en Colombia.

El presidente Gustavo Petro dio un paso gigante en su política de paz total y dejó sin aliento a los enemigos de la reconciliación. Desde Puerto Asís, Putumayo, el mandatario encabezó un histórico acto en el que fueron destruidas 14 toneladas de material de guerra entregadas por la disidencia Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), al mando de Walter Mendoza, un gesto que marca un antes y un después en la lucha por la paz.

Frente a militares, gobernadores, ministros, embajadores y líderes sociales, Petro celebró con contundencia: “Entre más armas se destruyan, mejor”, dejando claro que la guerra ya no tiene cabida en los territorios que por años fueron azotados por el fuego cruzado.

El acto, acompañado por la Fuerza Pública, mostró en video cómo eran reducidos a cenizas explosivos, minas, morteros y cañones que por años amenazaron la vida de miles de colombianos. Según cifras oficiales, más de 165 mil personas estarán hoy más seguras gracias a la destrucción de ese arsenal.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, lo calificó como un hecho que marcará historia: “Hoy no solo destruimos explosivos, sino que sembramos paz, esperanza y sueños. Porque la paz es posible, haremos todo lo necesario para que sea posible”.

Y es que el golpe fue demoledor para los violentos. Entre las 14 toneladas destruidas había 6.000 kilos de explosivos tipo Anfo, 15.100 municiones, 600 minas antipersona y decenas de cañones y rampas de lanzamiento. Un arsenal suficiente para sembrar terror en medio país, ahora convertido en polvo.

El jefe negociador del Gobierno, Armando Novoa, destacó que este paso “salva vidas y demuestra avances reales”. Y no es para menos: cada cartucho destruido es una vida que se salva, cada mina desactivada es un niño que podrá volver a correr libremente por su territorio.

El líder guerrillero Walter Mendoza, visiblemente emocionado, entregó al presidente Petro una panela como símbolo de los proyectos productivos que su organización impulsa para reemplazar la violencia con trabajo digno. “Ya hay acuerdos para el tránsito de la lucha armada a la lucha política, con garantías jurídicas, económicas, sociales y culturales”, aseguró.

Petro, con tono firme, envió un mensaje que estremeció al país: “Aquí ojalá dejen de reclutar niños, de poner bombas. Putumayo fue testigo de bombas cayendo sobre los niños. Nos aterramos de lo de Gaza, pero aquí también murieron niños. Hay que decir no a las bombas sobre los niños allá y aquí”.

El evento, cargado de simbolismo, representa la prueba más contundente de que la Paz Total no es discurso, sino acción. La destrucción de este material bélico no solo debilita a los grupos armados, sino que deja sin argumentos a quienes desean mantener viva la guerra y el miedo en Colombia.

Con este hecho, el Gobierno demuestra que los acuerdos avanzan, que los territorios pueden respirar y que, por fin, el país empieza a desmontar el aparato de muerte que durante décadas lo mantuvo de rodillas.

Los violentos pierden poder, y la esperanza vuelve a tomar forma.

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