¡La revolución digital y el activismo en las regiones arrasó en las urnas! Wally, Lalis, Hernán Muriel y Daniel Monroy, se meten al Congreso con votaciones históricas

Las redes sociales rompieron el tablero político: Wally, Lalis, Henrán Muriel y Daniel Monroy, nacidos del activismo digital, arrasaron en las urnas con votaciones históricas rumbo al Congreso de 2026.

Las urnas explotaron y el aparato político tradicional tembló: cuatro voces que nacieron del activismo digital y las redes sociales arrasaron con una votación espectacular en la consulta del Pacto Histórico, catapultándose a los primeros puestos tanto para el Senado como para la Cámara de Representantes. No fue obra de pastosos partidos ni maquinaria millonaria, sino del poder de lo viral, lo digital y lo comunitario.

Walter Rodríguez, más conocido como Wally, abogado, ganador del premio Simón Bolívar, la figura que ha construido su presencia en YouTube, TikTok y redes con un discurso frontal, obtuvo 137.821 votos a nivel nacional para el Senado. Con ese número fulminó expectativas y dejó claro que las redes sociales ya no son escenario menor, sino plataforma electoral de peso.

En Bogotá, Laura Daniela Beltrán – Lalis sacudió la contienda de la Cámara con 26.718 votos, posicionándose en el segundo lugar del conteo. Su popularidad en redes y su discurso feminista y social conectaron, y fuerte, con sectores jóvenes y críticos que querían ver nuevas caras en la política.

En Antioquia, Hernán Muriel se coronó con la votación más alta del departamento para la Cámara: 41.612 votos. Su activismo territorial y su presencia digital lograron articular lo local con lo masivo, demostrando que las luchas comunitarias pueden escalar, cuando tienen respaldo y legitimidad.

Y no podemos olvidar a Daniel Monroy: creador de contenido e influencer de Bogotá, logró 20.280 votos a la Cámara. Aparece entre esos nombres que antes parecían irreales para la política, pero hoy están más cerca que nunca de ocupar escaños de verdad. Su salto del mundo digital al político no fue improvisado, y esos votos lo avalan.

Este cuarteto no solo impulsó campañas desde redes: transformaron cada “me gusta”, cada comentario, cada video viral en respaldo electoral tangible, pero sobre todo, cada denuncia realizada para respaldar a las comunidades, se impusieron en las urnas. Mostraron que el activismo digital ya es puente hacia lo institucional. Que una audiencia que se organiza puede colarse en las urnas y en el Congreso.

Con esas cifras, estos cuatro electores digitales han abierto el camino para que el Congreso de 2026 no sea uno más: podría ser la casa de los que nacieron en TikTok, X, YouTube. Políticos que no leerán propuestas en papel, sino en pantallas interactivas; que no recibirán solo votos, sino mensajes directos de quienes los eligen.

Colombia acaba de presenciar un cambio de era: el ruido del algoritmo se convierte en eco en el Congreso. Y eso, querido lector, solo acaba de empezar.

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