Laura Gallego, la exseñorita Antioquia, mintió sobre su título de abogada y terminó sin corona ni credibilidad

Laura Gallego, la autoproclamada “abogada” y ex Señorita Antioquia, quedó al descubierto: mintió sobre su título profesional y terminó convertida en el nuevo rostro del uribismo mentiroso.

La historia de Laura Gallego Solís, la ex Señorita Antioquia que hace unos días se llenaba la boca hablando de “libertad de expresión”, hoy se desploma como un castillo de arena. Se descubrió que no está registrada como abogada en Colombia, a pesar de haberse presentado como tal en su carta de renuncia al Concurso Nacional de Belleza.

Sí, la misma mujer que hacía preguntas con tono de bala y soberbia en entrevistas a políticos, ahora es señalada por haber mentido sobre su propio título. La Unidad de Registro Nacional de Abogados confirmó que Laura Gallego no figura en sus bases de datos y, por tanto, no puede ejercer ni llamarse abogada. Para rematar, la Universidad EAFIT, donde estudió Derecho, aclaró que ni siquiera se ha graduado.

Mientras tanto, en su carta de renuncia, Gallego escribió con aires de heroína que no quería “obedecer un sistema que exige silencio”. Pero lo cierto es que su salida se dio luego del escándalo que ella misma encendió con una frase que muchos calificaron como apología a la violencia: “En el desierto tenés una pistola con una bala y te sueltan a correr a Petro y a Daniel Quintero, ¿a quién le das la bala? (…). Y un cachazo pa’ Petro, pues, al menos.”

Tras semejante barbaridad, el Concurso Nacional de Belleza la desautorizó y le recordó que las candidatas no pueden hacer política. Fue ahí cuando, acorralada, prefirió irse antes de que la sacaran. Luego quiso justificarse diciendo que la “bala” era solo una “analogía”, pero ya era tarde: su discurso se había convertido en símbolo del odio disfrazado de opinión.

Y mientras se victimizaba hablando de censura, el país descubría que su supuesto título de abogada era tan falso como su defensa de la libertad. Ni registro, ni tarjeta profesional, ni grado. Solo palabras altisonantes y un ego que parece tan inflado como su propio discurso.

Ahora, muchos la señalan como otra uribista mentirosa, una más de esas que predican moral desde las redes, pero se caen al primer soplo de verdad. Su “renuncia valiente” terminó siendo un intento desesperado por tapar las mentiras que empezaban a salir.

Porque al final, lo que queda claro es que Laura Gallego perdió todo en cuestión de días: la corona, la credibilidad y el disfraz de abogada. Lo único que le queda intacto, dicen en redes, es la facilidad para mentir con sonrisa de reina.

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