El comediante Piter Albeiro ha encendido una mecha que amenaza con explotar la frágil convivencia democrática de Colombia. Durante la actual contienda electoral, Albeiro, quien ha mostrado respaldo público al aspirante derechista Abelardo de la Espriella, publicó un mensaje y luego lo borró que dejó a más de uno boquiabierto: “¿Y qué tendría de malo destripar a la izquierda y que no existan más?”

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Esa frase no fue un desliz sin consecuencia: en un país marcado por un pasado de violencia política donde partidos fueron literalmente eliminados por sus ideas, lo que para algunos puede parecer una “broma pesada”, para otros es una peligrosa llamada al exterminio ideológico.

La respuesta por parte del Estado no se hizo esperar. Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), publicó duramente: “Esto no puede ser legal”. Recordó que recientemente “todo un partido de izquierda fue asesinado por defender una ideología” y calificó el mensaje de Albeiro como “irresponsable y profundamente violento”. El funcionario público advirtió que aunque el debate pueda ser vehemente, “cruzar ciertos límites en el discurso político resulta inaceptable”.
Perdónenme, pero esto no puede ser legal en una democracia. Una cosa es dar debates vehementes o tener posiciones ideológicamente marcadas: esto es incitar al genocidio.
— Carlos Carrillo (@CarlosCarrilloA) November 5, 2025
¡En Colombia todo un partido de izquierda fue asesinado por defender una ideología! Esa es nuestra historia… https://t.co/knkTx2pVA8
Desde el Congreso también se alzó la alarma. El senador Wilson Arias denunció que la frase de Albeiro no es sátira, sino “incitación al odio”: “La degradación humana y política de un humorismo colombiano está tocando fondo. El fácil ‘anti político’ está derivando en criminal incitador al odio”, advirtió.
La degradación humana y política de un humorismo colombiano está tocando fondo. El fácil “anti político” esta derivando en criminal incitador al odio. He aquí…👇🏾 pic.twitter.com/qsdTKJ9W3V
— Wilson Arias (@wilsonariasc) November 5, 2025
Frente a este cúmulo de críticas, Albeiro reaccionó con una disculpa parcial: “Mil disculpas a quienes se han sentido ofendidos con mis trinos; a quienes no se han sentido ofendidos pues mejor porque no tengo que pedir disculpas”. La declaración fue considerada por muchos tan solo un intento de apagar el fuego sin reconocer la profundidad de la irresponsabilidad o incluso como una burla a lo ya dicho.
Mil disculpas a quienes se han sentido ofendidos con mis trinos, a quienes no se han sentido ofendidos pues mejor porque no tengo que pedir disculpas 😅.
— Piter Albeiro (@PITERALBEIRO) November 5, 2025
Hay que recordar que la palabra “exterminio” no es una metáfora vacía en este contexto: el partido Unión Patriótica (UP) fue víctima de un plan sistemático de desaparición de militantes por motivos políticos: más de 5.700 personas asesinadas según la Jurisdicción Especial para la Paz. Ignorar ese registro de terror y pretender banalizarlo con “¿qué tiene de malo?” es, en sí mismo, un insulto a la memoria de las víctimas y un peligro para la democracia.
Albeiro, que aparece hoy en actos de campaña junto a De la Espriella y se declara parte del “nosotros” que hará “que no nos paren de ayudar”, lanza mensajes que, más allá de la simpatía que algunos puedan tener con su humor, cruzan la línea entre la sátira y la apología de la violencia. En tiempos electorales, esa frontera debe cuidarse como un baluarte de la convivencia y la tolerancia, no como un escenario de provocación.
La controversia no solo lo pone a él en el centro del huracán; también hace aflorar preguntas inquietantes: ¿cómo se permite que figuras públicas utilicen el humor para legitimar discursos de odio? ¿Hasta cuándo la polarización será el combustible de mensajes que, en lugar de sumar, destruyen el tejido social? Albeiro no solo lanzó una frase controversial: reseñó irresponsabilidad política en un país que ya ha pagado caro ese precio.
La democracia colombiana no puede permitirse normalizar que alguien pregunte sin rubor “¿qué tiene de malo destripar a la izquierda?”. Porque para muchos, miles de familias de la UP entre ellas, esa pregunta ya fue respondida con sangre y luto.





