¡Eder se lleva por delante el corredor verde! 71 árboles serán sacrificados por tarimas para la Feria de Cali y desatan revuelta ciudadana

La Alcaldía de Alejandro Eder desató la indignación en San Nicolás al ordenar el traslado de 71 árboles para instalar tarimas de la Feria de Cali, ignorando dos años de reforestación comunitaria. Vecinos acusan al gobierno local de sacrificar el ambiente por un evento de pocos días.

Cali volvió a estallar en polémica y el detonante esta vez no fue un escándalo político ni un acto de corrupción, sino 71 árboles que la Alcaldía de Alejandro Eder pretende remover para darle paso a las tarimas y desfiles de la Feria de Cali. La decisión cayó como un baldado de agua hirviendo sobre los habitantes del barrio San Nicolás, quienes denuncian que el gobierno local quiere “arrasar” con dos años de trabajo comunitario por un evento de solo unos días.

Los vecinos no esconden su indignación. “Nosotros no fuimos consultados. Solo nos informaron que serían removidos”, denunció el líder comunitario Paul Almeida, quien no entiende cómo un proceso ambiental que lleva años puede ser aplastado de un plumazo por lo que llaman “el capricho de la feria”.

Los residentes aseguran que esa franja verde es el único respiro ambiental de un sector golpeado por el calor y la inseguridad. Insisten en que, aunque no tenga rótulo oficial de parque, sí es parte de un corredor verde reconocido en el POT, y que esos árboles no son simples adornos, sino una barrera viva que ellos mismos sembraron, reemplazaron y cuidaron cada vez que una sequía les pasó factura.

Pero mientras la comunidad exige respeto por el territorio, la administración insiste en que no habrá talas. El director del DAGMA, Mauricio Mira, trató de calmar las aguas con una frase que no terminó de convencer a nadie: “No van a haber cortes, no están autorizados”. Según él, los árboles serán “movidos con especialistas”, como si la ciudad no hubiese visto ya suficientes reubicaciones fallidas.

La comunidad no lo compra. “Si tanto les importan los árboles, ¿por qué mover 71 para cuatro días de fiesta?”, cuestionan, señalando directamente a la Alcaldía y a Corfecali por “menospreciar” un proceso barrial que ha sido ejemplo de organización ciudadana.

El enojo se desbordó tanto que los habitantes esperan que el DAGMA y Corfecali “den la cara”. Exigen que expliquen el daño real, las supuestas compensaciones y por qué un evento comercial tiene prioridad sobre un ecosistema que ellos mismos rescataron.

“Queremos que el Dagma y Corfecali den la cara, que nos expliquen el alcance real de la afectación y que haya garantías de compensación ambiental”, reiteró Almeida, cansado de que la Alcaldía trate el corredor verde como si fuera un lote vacío disponible para la feria.

En redes, los cuestionamientos contra Eder no paran: ¿es esta la ciudad “verde e inteligente” que prometió?, ¿qué tipo de gestión prioriza tarimas sobre árboles?, ¿por qué pisotear el trabajo comunitario para montar un show efímero?

Mientras tanto, los árboles siguen ahí, en vilo, esperando a que la Alcaldía defina si su destino será “el traslado técnico” que promete el DAGMA o si, como temen los vecinos, terminarán convertidos en otra pérdida ambiental disfrazada de progreso ferial.

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