Petro rompe la conciliación: Polo Polo queda tirado en la Corte y al borde de una bomba judicial por sus acusaciones sin pruebas

La fallida conciliación entre Gustavo Petro y Miguel Polo Polo desató un escándalo judicial que deja al congresista acorralado por sus acusaciones sin pruebas y a la Corte Suprema a punto de decidir su futuro penal.

La Corte Suprema fue escenario de un pulso político explosivo que terminó sin acuerdo: Miguel Polo Polo volvió a negarse a retractarse y dejó en firme el proceso penal en su contra por injuria, calumnia y hostigamiento agravado contra el presidente Gustavo Petro. En una diligencia cargada de tensiones, el congresista llegó anunciando que no pensaba corregir sus acusaciones, como cuando aseguró sin pruebas que el jefe de Estado tenía responsabilidad en el crimen del senador Miguel Uribe Turbay, llegando incluso a decir que Petro tenía las manos “untadas de sangre”.

Durante más de una hora, en la Sala de Instrucción del magistrado Francisco Farfán, el presidente buscó abrir un espacio de diálogo. Pero Polo Polo, como ya es habitual en su estilo incendiario, se mantuvo en el “no” rotundo, burlándose incluso de la cantidad de procesos que cursan en su contra. Según relató la defensa del mandatario, el representante aseguró entre risas que comparecer ante la Corte era “una rutina”, “un deporte”, como si el cúmulo de denuncias fuera un trofeo personal y no el reflejo de su comportamiento hostil.

El abogado del presidente, Alejandro Carranza, desmontó públicamente la versión que Polo Polo intentó vender en redes. Ante la afirmación del congresista de que él había sido quien no quiso conciliar, Carranza respondió con contundencia: “No es cierto representante. Usted sabe, y la grabación de la audiencia lo demuestra… la conciliación no era posible si usted no se retractaba de la injuria y la calumnia”. Y añadió, en un mensaje que reveló su indignación por la actitud del parlamentario: “Tal vez la memoria me falle (…) ¿o será que esto fue diferente y el denunciante no era el señor presidente sino usted y por eso usted hablaba de primero?”.

El delegado jurídico del jefe de Estado fue más allá, dejando claro que Polo Polo cruzó límites democráticos y morales con su discurso de odio. “Usted no tiene derecho a presuntamente delinquir más con sus afirmaciones cargadas de hiel”, advirtió Carranza, quien le exigió frenar su “presunta apología al genocidio, la injuria y la calumnia”. El remate fue un desafío directo: “Ampliaré la denuncia; lo espero muy puntual en las audiencias”

Pese a los intentos de Petro por tender un puente, el representante volvió a responder con ataques personales. A la salida, lanzó su ya habitual discurso victimista: “El presidente me da tristeza por este país. Me da una lástima que una persona como esta gobierne a Colombia”, dijo, intentando posicionarse como perseguido político mientras ignora las más de treinta denuncias que reposan sobre él. También acusó a Petro de “hablar de una cantidad de barrabasadas”, desvirtuando el contenido de la audiencia y desviando la atención sobre la gravedad de sus propias afirmaciones.

El origen de la querella no deja duda: Polo Polo acusó públicamente a la izquierda colombiana de intentar asesinar a Miguel Uribe Turbay. En su publicación en X afirmó: “la izquierda intentó asesinar con dos disparos en la cabeza al senador más votado de Colombia”, y remató con un escalofriante llamado: “Nada de conciliación, ni siquiera un saludo de mano ¡DURO CON ELLOS!”. Fue esa invitación al odio, sumada a las falsas acusaciones contra Petro, la que motivó la acción ante la Corte.

El presidente, por su parte, fue claro: “Esto es una calumnia. Le solicito a la Corte Suprema iniciar una investigación contra este congresista. En el proceso no existe ningún indicio de que la izquierda haya atentado contra el senador Miguel Uribe”. Y en su declaración final, advirtió que el verdadero problema es el uso político del odio: “Se trata de una denuncia que puse por odio político. Está prohibido expresamente en la Constitución: a nadie se le puede perseguir por sus ideas”.

Con la conciliación desbaratada por la negativa del congresista, el caso queda ahora en manos del magistrado Farfán, quien deberá determinar si se abre una investigación formal que podría poner a Polo Polo frente a su responsabilidad penal. Lo cierto es que, más allá del show mediático del representante, la evidencia de la audiencia incluyendo la grabación mencionada por la defensa, será determinante para definir si sus ataques cruzaron la línea de la libertad de expresión y se convirtieron en delitos.

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