Contra todos los augurios de catástrofe y los discursos del miedo que anunciaban una “venezolanización” inminente, la economía colombiana terminó dando un golpe sobre la mesa que dejó sin libreto a la oposición. El país registró en el tercer trimestre de 2025 un crecimiento del Producto Interno Bruto del 3,6%, el más alto desde el final de la pandemia y muy por encima de lo que pronosticaban los analistas, que apenas esperaban un 3,2%. No fue un rebote menor ni un espejismo estadístico: fue una señal contundente de que la economía no solo resistió, sino que avanzó con fuerza.
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El espaldarazo internacional no tardó en llegar. El prestigioso semanario británico The Economist ubicó a Colombia como la economía con mejor desempeño de América Latina en 2025 y la cuarta con mejores resultados a nivel mundial, un lugar impensable para quienes aseguraban que el país se encaminaba al colapso. Mientras algunos repetían escenarios apocalípticos, Colombia se coló en el top global del crecimiento, el empleo y la recuperación.
¿"Cúales economías fueron las de mejor desempeño en el año 2025 según "The Economist"?https://t.co/5gJucJI5Wd
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 12, 2025
Las voces técnicas confirman lo que hoy reflejan los números. José Antonio Ocampo, exministro de Agricultura y Hacienda y profesor de la Universidad de Columbia, fue claro al señalar que “la economía va a crecer más de lo esperado, incluso por los más optimistas, por el aumento del consumo público, pero también por el del privado”. En la misma línea, desde el corazón del sistema financiero, Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia, desmontó el relato pesimista con una frase contundente: “La economía va mucho mejor de lo que la gente cree. La cartera vencida ha mejorado de manera sustancial. Las personas están pagando mejor, tanto las empresas como las personas. El consumo está creciendo”.
El empleo se convirtió en uno de los pilares de este desempeño. La tasa de desempleo cayó al 8,2%, el nivel más bajo registrado en la historia reciente del país. Para los analistas, no se trata solo de más puestos de trabajo, sino de mejor calidad. Ocampo destacó que, pese a que la informalidad sigue siendo alta, “cuando uno ve el crecimiento del empleo este año constata que tres cuartas partes del crecimiento ha sido empleo formal”. Un dato que contradice de frente la narrativa de deterioro laboral que se intentó imponer desde sectores opositores.
Estamos creciendo más de lo esperado en economía.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 18, 2025
Mañana intentarán darle un golpe a la economía buscando frenarla y complicando la situación fiscal, buscarán alzar la tasa de interés real.
Esto solo subirá loa ingresos de los magarricos dueños de títulos de deuda pública… https://t.co/32mXqFXWT8
Incluso en el frente internacional, donde se temía un castigo severo por las tensiones políticas con Estados Unidos y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Colombia logró sortear el temporal. El país quedó sujeto al gravamen general del 10% para exportaciones, como la mayoría de América Latina, y se vio beneficiado por el alza en los precios del café. “Al sector agropecuario le ha ido bien y es uno que emplea a bastantes personas”, explicó Nicolás Barone, analista de Deloitte para la Región Andina, reforzando la idea de que el crecimiento también se siente en el campo.
A esto se sumó la apreciación del peso frente al dólar en los últimos meses, un fenómeno que, aunque tiene efectos mixtos, evidencia una mayor fortaleza relativa de la economía colombiana en un contexto global marcado por la incertidumbre. Para Barone, “podríamos tener también un efecto dinamizador en sectores importadores”, ampliando el impacto positivo más allá de un solo sector.
El reconocimiento de The Economist no se quedó en titulares. El ranking, que evalúa a 36 países de la Ocde y otras economías relevantes, tuvo en cuenta variables como el crecimiento del PIB, el comportamiento del mercado accionario, el empleo y la inflación. Colombia no solo fue la única economía latinoamericana en el top 10, sino que mostró un desempeño sobresaliente en empleo y bolsa, con una valorización bursátil cercana al 44%. En medio de un mundo golpeado por la desaceleración, el país logró combinar crecimiento, recuperación y estabilidad relativa.
No será reconocido por los "experto" de RCN y Caracol, ni por Bruce ni por Canal, pero "The Economist" nos reconoce como la cuarta mejor economía de la OCDE.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 12, 2025
Por eso nos buscan para dialogar verdaderos empresarios de todo el país y del mundo pic.twitter.com/j149hSHyGn
El presidente Gustavo Petro celebró el resultado y lo vinculó directamente con el rumbo económico del Gobierno, señalando que estos indicadores explican por qué “nos buscan para dialogar verdaderos empresarios de todo el país y del mundo”. Sus palabras llegaron acompañadas de críticas a quienes durante años insistieron en que su llegada al poder significaría el desplome económico. Los datos, sin embargo, cuentan otra historia: no hubo colapso, no hubo hiperinflación descontrolada, ni fuga masiva que paralizara la economía.
Aunque persisten retos estructurales y debates sobre el déficit fiscal y la inflación, incluso los analistas más cautos reconocen que Colombia no se derrumbó como se anunció, sino que mantuvo una trayectoria “moderadamente positiva”. Hoy, cuando las cifras hablan, queda claro que el país no solo evitó el abismo que algunos anunciaban, sino que se ubicó entre las economías con mejor desempeño del mundo. Y lo hizo bajo un gobierno que fue señalado, una y otra vez, como una amenaza para la estabilidad económica. La realidad terminó siendo más fuerte que el miedo.





