Cae Santiago Uribe: Justicia lo condena a 28 años de prisión por liderar el grupo paramilitar “Los 12 apóstoles” en Antioquia

La justicia tumbó la absolución y condenó a 28 años a Santiago Uribe por su rol en el temido grupo paramilitar Los 12 Apóstoles, marcando un golpe histórico contra la impunidad en Antioquia.

La justicia colombiana estremeció este martes los cimientos del uribismo: el Tribunal Superior de Antioquia condenó a 28 años y 4 meses de prisión a Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente Álvaro Uribe, por su papel en la sanguinaria estructura paramilitar conocida como Los 12 Apóstoles. La decisión, histórica y demoledora, revoca la polémica absolución de primera instancia y confirma lo que por décadas negó el poder político: que desde la finca familiar, La Carolina, operó un aparato criminal responsable de una estela de muerte en el norte de Antioquia.

Los magistrados no dejaron dudas. Ordenaron “revocar la sentencia absolutoria proferida el 13 de noviembre de 2024” contra Uribe y declararlo culpable de homicidio agravado, por el asesinato del conductor Camilo Barrientos en 1994, y concierto para delinquir agravado, por la conformación y liderazgo del grupo paramilitar que impuso una macabra “limpieza social” en Yarumal durante los años noventa. Según el fallo, Los 12 Apóstoles ejecutaron cientos de desapariciones y asesinatos bajo el pretexto de combatir la guerrilla o eliminar a quienes juzgaban como “indeseables”.

El expediente, alimentado por dos décadas de testimonios y pruebas, describe la finca La Carolina como una base de operaciones donde se planificaban asesinatos y se entrenaban paramilitares. La Fiscalía documentó reuniones entre Santiago Uribe y altos mandos militares y policiales para coordinar ataques, una versión que durante años fue desestimada o tildada de “persecución”, pero que hoy queda validada por segunda instancia.

El proceso fue tortuoso: un juicio de diez años, un juez que tardó cuatro más en emitir una sentencia absolutoria ahora destruida por completo, y una defensa que insistió en que todo era una maniobra política. Pero la justicia llegó. Sin estridencias, con contundencia jurídica.

La reacción del expresidente Álvaro Uribe fue un escueto mensaje en X: “Siento profundo dolor por la condena contra mi hermano. Dios nos ayude”. Mientras tanto, para las víctimas de Yarumal y para quienes por años denunciaron el poder oscuro de Los 12 Apóstoles, el fallo representa un hito largamente esperado, un golpe directo contra la impunidad y un reconocimiento a la memoria de quienes fueron ejecutados bajo la sombra de un apellido que creyó intocable.

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