¡Derecha en shock! Petro rompe todos los vaticinios negativos y dispara la economía con un crecimiento del 3,6%!

Contra los pronósticos fatalistas de la derecha, la economía colombiana volvió a sorprender: el PIB creció 3,6 % en el tercer trimestre de 2025, el mejor resultado en tres años bajo el impulso del gobierno Petro.

La economía colombiana volvió a darle una bofetada monumental a los vaticinios apocalípticos de la derecha. Contra todos los pronósticos de quienes llevan años anunciando un país en ruinas, el Dane confirmó que el PIB del tercer trimestre de 2025 creció 3,6 %, el salto más alto desde 2022, y un verdadero respiro para un país que, bajo el gobierno de Gustavo Petro, se niega a retroceder. No es casualidad ni suerte: son políticas públicas funcionando, aunque a la oposición le arda aceptarlo.

La directora del Dane, Piedad Urdinola, recordó que este es el “dato más alto desde el tercer trimestre de 2022”, cuando la economía había subido 7,5 %. Y en medio del alboroto, hasta los gremios empresariales tuvieron que reconocer la realidad. Bruce Mac Master, presidente de la Andi, admitió: “Es un dato bueno. Nos genera algún grado de optimismo respecto del manejo de lo que suceda en la economía”, aunque acto seguido intentara restarle mérito al impulso estatal. Pero los números no mienten: el crecimiento vino de la mano del gasto público bien orientado y de sectores como educación, salud y administración pública, que crecieron un poderoso 8 % y aportaron 1,3 puntos al PIB.

El aumento del pie de fuerza, las primas para policías y militares, y la actividad de la Registraduría, que se prepara para las elecciones del 2026, jalonaron buena parte de este repunte. La propia Urdinola lo explicó con claridad: el movimiento institucional del Estado está empujando la economía.

Mientras tanto, el comercio se disparó 5,6 %, impulsado por las ventas minoristas, la importación de vehículos, incluidos híbridos y eléctricos, y el auge de aparatos electrónicos. La industria manufacturera, que muchos daban por muerta, respondió con un sólido 4,1 % gracias a subsectores como trilla de café (42 %) y alimentos para animales (13 %), dinamizados por la expectativa de fin de año. El Banco de Occidente incluso sugirió que esta trayectoria respalda mantener estables las tasas de interés durante varios meses.

El presidente Gustavo Petro, lejos de ocultar los resultados, celebró el crecimiento con su acostumbrada frontalidad: “La economía sigue creciendo jalonada por el crecimiento en agricultura e industria… esta es la economía real y es intensiva en puestos de trabajo”. Además, señaló que mientras sectores como la extracción fósil caen, la economía productiva avanza a pesar de las tasas de interés altas del Banco de la República. Y remató calificando los resultados como un “excelente balance económico, para el último año”.

Incluso el propio Banco de Bogotá, poco dado a elogiar al Gobierno, tuvo que aceptar que sin el impulso del gasto público el crecimiento habría sido de apenas 1,8 %. Es decir, la mitad del avance se explica por decisiones del Estado, justo esas que la oposición suele demonizar. Mientras algunos insisten en repetir que el país está “quebrado”, los datos revelan que la demanda interna subió 5 %, el consumo de los hogares creció 4,2 %, la inversión bruta aumentó 2,2 % y sectores como entretenimiento y finanzas tuvieron trimestres históricos.

Los únicos rubros que cayeron, minas y construcción, lo hicieron por factores estructurales y por las altísimas tasas de interés, una crítica que el propio Petro ha venido lanzando con insistencia: “Mantener la tasa de interés real muy alta… hace ascender el endeudamiento interno creando enormes utilidades especulativas”, advirtió recientemente.

En septiembre, el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) reforzó la tendencia: un crecimiento del 4 %, con todas las actividades, excepto minas y canteras, en terreno positivo. Urdinola lo resumió así: “Los metalíferos son los que están jalonando hacia abajo. Carbón y petróleo siguen estando en negativo”.

A pesar de ese lastre, Colombia suma ya un crecimiento acumulado del 2,8 % en 2025. Todo esto en un contexto donde la derecha había asegurado que “el país iba directo al abismo” y que el gobierno Petro destruiría la economía. Hoy, con un peso revaluado, inflación controlada y un Estado que mueve la maquinaria productiva, esos discursos se quedan sin piso… otra vez.

La economía real, la que genera empleo y actividad, continúa avanzando. Y lo hace no por milagro, sino por decisión política. Por más que les duela, Colombia no se quebró: está creciendo. Y el dato de 3,6 % lo grita a todo pulmón.

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