En un episodio que huele a intromisión extranjera, el senador republicano Bernie Moreno, de origen colombiano, se atrevió este jueves a exigirle a Colombia que deje de investigar al expresidente Álvaro Uribe, quien carga sobre sus hombros graves acusaciones de soborno a testigos y fraude procesal.
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“Colombia necesita dejar de utilizar su sistema judicial como arma contra el expresidente Álvaro Uribe. Es un camino muy peligroso para lo que debería ser uno de los principales aliados de Estados Unidos en América Latina”, trinó Moreno, dejando claro que, para él, la justicia solo sirve cuando conviene a Washington y sus fichas en la región.
Colombia needs to stop its own weaponization of its justice system against former President Alvaro Uribe. It’s a very dangerous path for what should be one of America’s top allies in Latin America. https://t.co/8L1yRQcaiT
— Bernie Moreno (@berniemoreno) July 10, 2025
Mientras en Colombia Uribe se victimiza y sus amigos en Estados Unidos lo blindan, en Brasil el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro intenta el mismo libreto: culpar a la justicia de persecución política mientras enfrenta un proceso por planear un intento de golpe de Estado que destrozó la democracia brasileña el 8 de enero de 2023.
Como si fuera poco, Donald Trump, hoy nuevamente presidente de EE. UU., salió a respaldar a Bolsonaro con la artillería que mejor domina: aranceles. Desde su tribuna en Truth Social, Trump desató su furia: “Brasil está haciendo algo terrible en lo que respecta al trato al expresidente Jair Bolsonaro (…) ¡Él no ha hecho nada malo, salvo luchar por EL PUEBLO!”, escribió, justificando así la imposición de aranceles del 50 % a productos brasileños a partir de agosto, castigando de paso a millones de trabajadores que nada tienen que ver con las aventuras golpistas de Bolsonaro.
Entonces en Brasil se procesa a Bolsonaro por un golpe de Estado y ahora Trump chantajea al país amenazándolo con aranceles del 50% en venganza.
— Camilo Romero (@CamiloRomero) July 10, 2025
Eso no es otra cosa que autoritarismo y violación de la soberanía no solo de Brasil sino de América Latina.
Solidaridad total con… pic.twitter.com/ad7XK4qsND
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no se quedó callado ante la amenaza imperial y recordó: “Brasil es un país soberano, con instituciones independientes, que no acepta ser tutelado por nadie.”
Mientras tanto, Bolsonaro, lejos de dar la cara a la justicia de su país, celebró la injerencia de Trump como si se tratara de una bendición: “Gracias por existir y por ser un ejemplo de fe y resistencia.”
¿El mensaje de fondo? Que EE. UU. y sus viejos aliados de ultraderecha creen tener licencia para pisotear la justicia de otras naciones cuando ya no les sirve. Lo hicieron en Colombia protegiendo a Uribe, ahora lo replican en Brasil con Bolsonaro.





