¡Escalofriante revelación ante la JEP! Expolicía destapa detalles de los vínculos entre “Los Doce Apóstoles” y Santiago Uribe Vélez

Exdirector de la Policía de Yarumal revela ante la JEP la posible complicidad de Santiago Uribe Vélez con el grupo paramilitar "Los Doce Apóstoles", que operó brutalmente en Antioquia en los 90.

En una audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el exdirector encargado de la Subsijín de la Policía de Yarumal, Jairo Rodríguez Venegas, reveló el oscuro entramado que habría permitido la operación del sanguinario grupo paramilitar «Los Doce Apóstoles» en Antioquia durante los años 90. Según sus declaraciones, este grupo, conocido por sus despiadados asesinatos, habría tenido su centro de entrenamiento en la hacienda La Carolina, propiedad de Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente Álvaro Uribe.

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Rodríguez Venegas confesó que recibió órdenes de sus superiores para “hacerse el de la vista gorda” y permitir que «Los Doce Apóstoles» actuaran con total libertad en el municipio de Yarumal entre 1993 y 1994. Según el expolicía, era sabido que la hacienda de Santiago Uribe funcionaba como el centro de operaciones y entrenamiento de este grupo paramilitar, aunque él mismo solo tenía conocimiento “de oídas”. Los encargados de coordinar y mantener los contactos en esta base secreta serían el entonces capitán Pedro Manuel Benavides y el mayor Juan Carlos Meneses, el último de los cuales es hoy uno de los principales testigos en contra de Santiago Uribe en este caso.

La investigación también apunta a Álvaro Vásquez Arroyave, un comerciante local, como uno de los patrocinadores y operadores logísticos de «Los Doce Apóstoles». En el Estadero San Felipe, un establecimiento de su propiedad, Vásquez organizaba reuniones con los sicarios y les entregaba información sobre sus próximas víctimas. Allí, las listas de personas señaladas como “guerrilleros” eran discutidas y planeadas antes de ejecutar las órdenes, bajo el mando de alias Pelo e’Chonta y alias Rodrigo, quien luego sería conocido como «Julián Bolívar», un nombre temido en la región.

Rodríguez también confirmó que la operación de este grupo no se limitaba a Yarumal, sino que se extendía a municipios vecinos como Briceño, mientras la Policía local permanecía en silencio. “Los Doce Apóstoles” no solo sembraron terror en la zona, sino que, según Rodríguez, contaron con la colaboración de civiles que querían frenar la expansión de la guerrilla y el aumento de extorsiones en la región.

Este relato confirma, una vez más, la profunda relación entre la fuerza pública y grupos paramilitares en Antioquia. En otro impactante testimonio, Rodríguez admitió haber colaborado también con estos grupos en sus labores como comandante de policía en San Roque y Angelópolis entre 1996 y 1998, aunque asegura que abandonó esta práctica cuando las cosas “se pusieron mal” debido al creciente poder del narcotráfico.

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