Gloria Gaitán, hija de Jorge Eliécer Gaitán, no calla y deja en evidencia al padre de Miguel Uribe por encender la llama de la exclusión en Colombia

Gloria Gaitán arremetió contra el padre de Miguel Uribe Turbay por vetar a Gustavo Petro en las exequias del senador, calificando la decisión como un acto de exclusión contrario a la reconciliación nacional.

La polémica por la ausencia del presidente Gustavo Petro en las exequias del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay no da tregua. Ahora, la voz que retumba con más fuerza es la de Gloria Gaitán, hija del legendario caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, quien, a sus 87 años, no dudó en escribirle una dura carta a Miguel Uribe Londoño, padre del congresista asesinado, para reprochar lo que calificó como un gesto excluyente y contrario a la reconciliación nacional.

En su misiva, divulgada por el exsenador Gustavo Bolívar, Gaitán recordó la amistad que la une desde hace décadas a Uribe Londoño, pese a sus abismales diferencias políticas: “Durante muchos años he valorado nuestra amistad, construida a pesar de las diferencias profundas en nuestras convicciones. Tú, identificado con el pensamiento conservador; yo, revolucionaria y gaitanista; no católica, pero sí inspirada en la figura de Jesús como referente moral terrenal”.

Pero esa amistad no fue excusa para callar. Con franqueza, la hija del líder asesinado en 1948 le reprochó la decisión de impedir la asistencia de Petro y sus funcionarios a la misa y honores militares realizados en la Catedral Primada: “Recibí con sorpresa y tristeza la noticia de que tú y tu familia decidieron rechazar la presencia del presidente Gustavo Petro en las ceremonias (…) en homenaje a tu hijo, Miguel Uribe Turbay. Ese gesto, más allá de las razones que lo motivaron, envía un mensaje que hiere a quienes apoyamos el ‘Gobierno del Cambio’ porque creemos en la necesidad de superar el país político oligárquico que, durante dos siglos, ha gobernado bajo la sombra de la violencia y la exclusión”.

El dardo de Gaitán no solo fue personal, también político. Según ella, este “desplante” es una muestra más de las prácticas excluyentes de las élites: “Sé que las clases dominantes en nuestra historia han invocado muchas veces la ‘unidad nacional’ como bandera, pero con la condición de que algunos sean ‘más iguales que otros’”.

Con un llamado a la reflexión, la heredera del gaitanismo concluyó: “Por mi parte, seguiré comprometida con la restauración moral y democrática que necesita nuestro país, con la justicia y con una paz que solo será posible si se sustenta en la equidad y en la dignidad de todos los ciudadanos”.

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