Periodista de RTVC denuncia salvaje ataque racista dentro de bus del SITP en Bogotá

Una presentadora de RTVC fue insultada con frases racistas dentro de un bus del SITP en Bogotá, destapando de nuevo el racismo que aún corroe a la capital.

En pleno siglo XXI y en la capital del país, la periodista y presentadora de RTVC, Yajaira Perea, fue blanco de un vergonzoso episodio de racismo que reabre una herida que Colombia se niega a cerrar: la discriminación descarada y sin filtros.

Todo ocurrió la mañana del jueves 17 de julio dentro de un bus del SITP. Sin mediar palabra, una pasajera se sentó a su lado solo para vomitar insultos racistas que aún retumban en redes: “Negra asquerosa, negra hijueputa”, relató la comunicadora en su cuenta de X.

Perea, quien alcanzó a grabar los momentos posteriores, contó que la agresora la siguió de asiento en asiento, como si la humillación no fuera suficiente. “Opté por decirle que eso era un delito y no una simple opinión”, advirtió la periodista, quien no se quedó callada ni permitió que el ataque quedara impune.

Gracias a su denuncia a la línea 123 y a la acción decidida del conductor, el bus se desvió hasta el CAI de Lisboa. Allí, con el apoyo de la Policía Metropolitana de Bogotá, se comprobó que no había malentendido: la agresora no negó ni una sola palabra.

“El conductor paró en el CAI más cercano (Lisboa Kr. 7 # 130) y acompañó el procedimiento. Confirmó que la señora se subió, y sin mediar palabras, me agredió verbalmente. Ella intentó escapar, pero no se lo permitieron”, relató la periodista, agradecida por la solidaridad del chofer.

La mujer, acorralada por la evidencia y testigos, soltó una excusa que indigna aún más: “Yo le dije negra hijueputa, esas fueron mis palabras y acepto que se lo dije, cometí un error y no sabía que eso era un delito. Le pido perdón a ella. Yo tengo amigas de la Costa que son negras y no soy racista, simplemente se me salió”.

Mientras tanto, la periodista, firme, calificó el racismo como un acto “cobarde y estructural” que consume tiempo y energía que jamás debería desperdiciarse defendiéndose de la ignorancia.

En medio de su relato, Perea no dudó en agradecer a quienes no la dejaron sola: “Agradezco a la Policía Nacional por la atención clara y oportuna. Al conductor, que no solo se detuvo, sino que estuvo disponible para acompañar lo que sucedió en su ruta. Y a mi amiga Carito Mayo por responder a mi llamado, abrazarme y darme el soporte que necesitaba”, expresó.

Pero su denuncia no se quedó en redes: lanzó un mensaje contundente a quienes hoy tienen la responsabilidad de garantizar que los buses no se conviertan en escenarios de odio: “Hago un llamado a Carlos Fernando Galán, María Fernanda Ortiz y Etib Sas a implementar ya protocolos contra el racismo en el Sistema de Transporte Público de Bogotá. El mío no fue el primer caso, ni será el último. Me pongo a disposición para aportar y construir. ¡Esto no puede seguir pasando!”, sentenció.

El país entero debe preguntarse: ¿cuántas agresiones más necesita ver Bogotá para despertar del letargo racista que golpea a sus ciudadanos más vulnerables?

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