Si no es fumando, es insultando: nuevo escándalo en el Congreso. Katherine Miranda genera rechazo nacional al decirle “marica” al Presidente de la Cámara de Representantes

El debate por la reforma a la salud quedó opacado por la falta de respeto de Katherine Miranda, quien insultó al presidente de la Cámara, desatando críticas y sanciones.

El debate sobre la reforma a la salud, una de las iniciativas más importantes del Gobierno Petro, se salió de control en la Cámara de Representantes debido al comportamiento de la congresista Katherine Miranda. Lo que comenzó como un intercambio de argumentos sobre las más de 600 proposiciones de modificación, terminó en un episodio lamentable que ha dejado mal parado el respeto al reglamento y a las normas democráticas del Congreso.

Todo inició cuando Miranda y otros parlamentarios exigieron que se leyeran los cambios propuestos en el texto de la reforma. El presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, rechazó la solicitud por considerar inviable “leer toda la reforma”. Esta decisión desató una serie de reclamos por parte de Miranda, quien cruzó la línea del respeto al proferir insultos contra Salamanca.

En plena sesión, el presidente de la Cámara interrumpió el debate para denunciar públicamente que Miranda lo había llamado «marica», un calificativo que él consideró inadmisible en ese contexto. Salamanca, respaldado por el reglamento, decidió suspender el uso de la palabra a la congresista y le ordenó retirarse del recinto. “Usted no me puede venir a decir marica en la sesión. Respeto. Se retira de la sesión por falta de respeto a la mesa directiva”, declaró Salamanca.

Por su parte, Miranda intentó justificar su actitud alegando que no utilizó esa palabra para referirse al presidente de la Cámara, sino que lo llamó “gamín” debido a la forma en que estaba manejando la plenaria. Sin embargo, el video de la sesión y los clips que circularon en redes sociales refutan esta versión, dejando en evidencia la falta de profesionalismo de la representante.

Lejos de asumir responsabilidad, Miranda optó por acusar a Salamanca de “dictador” y de actuar en favor del Gobierno nacional al apartarla del debate. En un video publicado en sus redes sociales, la congresista calificó la sanción como “inaceptable” y aseguró que el presidente de la Cámara busca “pupitrear” la reforma, negándose a dar claridad sobre los cambios propuestos.

Este incidente no solo evidencia una falta de respeto hacia las normas parlamentarias, sino que también distrae de la discusión de fondo sobre una reforma clave para el país. El comportamiento de Miranda, lejos de contribuir al debate democrático, parece dirigido a desviar la atención y politizar un tema de vital importancia para los colombianos.

El Congreso debe ser un espacio para el diálogo respetuoso y constructivo. Actitudes como la de Miranda no solo afectan la imagen de la institución, sino que también dificultan el avance de las discusiones sobre reformas necesarias para el país.

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