¿Tienen miedo de que el Presidente le hable a Colombia?: Consejo de Estado bloquea sus alocuciones y él denuncia censura

El presidente Gustavo Petro denunció un intento de censura tras el fallo del Consejo de Estado que limita sus alocuciones, defendiendo su derecho a hablarle al país sobre los temas que realmente importan.

Colombia amanece en medio de una gran indignación: el Consejo de Estado acaba de ponerle límites al derecho del presidente Gustavo Petro de hablarle al país, y el mandatario no se guardó nada. Desde Bélgica, donde se encuentra en una visita internacional, el jefe de Estado estalló contra la decisión, calificándola como un acto de censura descarada. “Censura y simple censura. ¿Qué miedo a que hable?”, escribió el presidente en su cuenta de X, denunciando lo que considera un intento de silenciar la voz del pueblo que representa.

El fallo, emitido por la Sección Tercera del Consejo de Estado, busca restringir las alocuciones presidenciales que Petro ha realizado durante este 2025, un año en el que el país atraviesa profundas transformaciones y debates cruciales. El tribunal ordenó que cada intervención del mandatario en televisión sea justificada, limitada y autorizada previamente, como si la palabra presidencial fuera un privilegio y no una responsabilidad. Petro respondió con contundencia: “El Consejo de Estado quiere dar su golpe de Estado: censurar al presidente. No se podía pensar diferente, creen que porque hablo, gano; podemos ganar pensando”.

La reacción del mandatario no es gratuita. En lo corrido del año, Petro ha ofrecido más de veinte alocuciones, cada una centrada en temas trascendentales: desde la defensa de la paz total hasta la reducción de la pobreza y la transformación energética. Han sido espacios donde el presidente ha explicado, con claridad y sin intermediarios, los avances y retos del país. Pero ahora, la justicia pretende ponerle horario y permiso a la voz presidencial, como si el pueblo necesitara intermediarios para escuchar directamente a su gobernante.

La decisión del Consejo de Estado, que algunos sectores celebran como un “control institucional”, despierta graves sospechas de sesgo político en medio de un año electoral. ¿Por qué callar precisamente ahora al presidente que más ha hablado con su gente? Petro no usa las cámaras para autopromocionarse, sino para informar, debatir y rendir cuentas. Lo que molesta, dicen sus seguidores, no es que hable mucho, sino que dice verdades que incomodan a los poderosos.

La ciudadanía observa con desconcierto cómo una alta corte pretende regular la comunicación entre el presidente y el pueblo, justo cuando el país necesita más claridad, más transparencia y más pedagogía sobre los grandes temas nacionales. ¿Puede una democracia llamarse libre si su jefe de Estado no puede hablar directamente con su gente?

Gustavo Petro lo dejó claro: seguirá hablando, pensando y comunicando, porque, como él mismo escribió, “creen que porque hablo, gano; podemos ganar pensando”. En un país donde muchos callaron durante años, Petro eligió la palabra como arma de cambio. Y ahora, parece que a algunos les aterra el eco de la verdad.

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