La reciente controversia en Medellín dejó al descubierto el conflicto entre arte, memoria y política. Un mural pintado por un colectivo artístico en el deprimido de la Terminal del Norte fue borrado apenas 24 horas después de ser creado, desatando una oleada de críticas en contra de Federico Gutiérrez. La obra, que rendía homenaje a la lucha de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos en la Comuna 13, llevaba el mensaje poderoso de «Las cuchas tienen razón», en alusión a las mujeres del colectivo Mujeres Caminando por la Verdad y su incansable lucha por descubrir la verdad sobre las desapariciones forzadas en el sector conocido como La Escombrera.
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Los restos hallados en La Escombrera ha sido un avance significativo para las madres que, durante más de dos décadas, han reclamado justicia. El mural no solo evocaba el sufrimiento de las víctimas, sino que también señalaba a figuras políticas como el expresidente Álvaro Uribe Vélez, a quien se le vinculó simbólicamente con la frase “Yo di la orden”.
Sin embargo, el mural, que se había pintado el domingo 12 de enero, fue eliminado rápidamente por la administración del alcalde Federico Gutiérrez. La pintura fue cubierto con gris, provocando una fuerte reacción tanto a nivel local como nacional. En la mañana del 13 de enero, menos de 24 horas después de su creación, el mural desapareció bajo una capa de pintura.
🚨Alerta🚨 Espacio público está borrando el mural sobre las madres buscadoras. Así es la alcaldía de Federico Gutiérrez, gris.
— Alejo Toro (@AlejoToroAnt) January 13, 2025
Los colectivos grafiteros haciendo el trabajo que debería hacer el Museo Casa de La Memoria y la Secretaría de la No Violencia. Invisibilizan la verdad… pic.twitter.com/Xikv5XiIkk
El alcalde defendió la medida, argumentando que el arte urbano debe respetar ciertos límites y no debe dañar la imagen de la ciudad. Para Gutiérrez, el grafiti tiene cabida solo cuando se ajusta a las normativas del municipio, pero lo que considera ofensivo o que atenta contra el orden de la ciudad debe ser removido.
Sin embargo, esta decisión ha sido fuertemente cuestionada, no solo por los artistas y la comunidad local, sino también por figuras políticas como la senadora María José Pizarro, quien condenó públicamente la eliminación del mural. La congresista afirmó que el acto de borrar la obra es una forma de negar la memoria histórica de las víctimas y minimizó la importancia de reconocer el sufrimiento de las mujeres que han buscado justicia durante años. «En vez de tapar murales, el alcalde debería escuchar a la comunidad de la 13», declaró Pizarro, recordando que la Ley de Víctimas y la reparación simbólica reconocen la importancia de visibilizar estos reclamos a través del arte.
A @FicoGutierrez habría que comentarle que en el Congreso de la Republica se aprobó una ley que reconoce la labor de las mujeres buscadoras y que existe una ley de victimas que incluye la reparación simbólica, y en ella este tipo de ejercicios a través del arte son fundamentales.… https://t.co/JzeoIp5GXd
— María José Pizarro Rodríguez (@PizarroMariaJo) January 13, 2025
El mural, aunque efímero, fue un grito de justicia por parte de las mujeres que, durante más de dos décadas, han estado en la primera línea de lucha para encontrar a sus seres queridos desaparecidos durante la violencia en la Comuna 13. Mujeres Caminando por la Verdad ha sido un colectivo que ha sido fundamental en la denuncia de las desapariciones forzadas, muchas de las cuales se vinculan con la Operación Orión de principios de los 2000. Este mural, aunque breve, se erigió como un símbolo de la lucha por la verdad y la justicia. Pero al ser eliminado, los ecos de la protesta fueron silenciados de manera abrupta.