ADRES destapa medicamentos inflados y facturas a muertos que muestran el mayor escándalo de la salud en años

La ADRES destapó un escándalo monumental: cobros inflados, medicamentos fantasma y hasta facturación a muertos que suman miles de millones, dejando en evidencia un sistema que se desangra mientras las EPS callan.

La ADRES encendió una bomba de tiempo en el sistema de salud colombiano al revelar un nuevo entramado de sobreprecios, medicamentos fantasma y cobros imposibles de justificar. La entidad aseguró haber detectado un incremento “extraordinario” en los reportes de fármacos que las EPS entregan al Ministerio de Salud para calcular la UPC, un crecimiento tan exagerado que ni los mismos laboratorios parecen reconocerlo.

Según la ADRES, los registros de medicamentos se dispararon un 30,9% y el valor pagado creció un 35,6% entre 2022 y 2023, muy por encima del aumento real de afiliados. “Estas irregularidades no las juzgamos. Nosotros reportamos esto a la Superintendencia y a la Contraloría”, enfatizó la entidad en medio del escándalo.

El panorama empeora cuando se revisan los medicamentos sin permiso del Invima: crecieron más del 60% en un solo año, pasando de 5 millones de registros en 2022 a 8,1 millones en 2023. Y todavía más inquietante: 47 millones de medicamentos reportados por las EPS no coinciden con las ventas oficiales de los laboratorios ni con las bases de datos nacionales. Un universo entero de fármacos que nadie vio, nadie vendió y nadie puede explicar.

Pero el capítulo más indignante es, quizás, el de los cobros inflados: 6,4 millones de medicamentos facturados por encima del precio regulado, lo que generó un sobrecosto de 514.618 millones de pesos. Sin rodeos: medio billón de pesos en cobros inflados, como si el dinero público fuera un cajero sin límite. Según el reporte, las EPS con mayores montos de sobreprecio fueron Sanitas, Salud Total, Coosalud y Savia Salud, mientras el gobierno insiste en que esto es evidencia de una cadena de “malos manejos y eventualmente robos” que nadie ha logrado justificar.

La indignación subió de nivel cuando salió a la luz otro hallazgo aterrador: la facturación a muertos. La senadora Martha Peralta no se guardó nada al denunciar el escándalo: “Amanecieron escandalizados por 40 dólares en Lisboa, pero muy calladitos con los $2,3 BILLONES que se gastaron las EPS ‘atendiendo’ personas fallecidas”. Y lo revelado por la ADRES parece sacado de una serie de terror corporativo: 471.000 personas muertas “recibiendo servicios” entre 2018 y 2023, facturas cobradas 20 años después del fallecimiento, cadáveres con atenciones de $500 millones en un solo año y, en la cúspide del despropósito, EPS Sura facturando servicios a 50.404 fallecidos, por un valor de $684.969 millones. El año más grotesco: 2021, cuando se cobraron $699.480 millones a personas que ya no estaban vivas.

Mientras tanto, millones de colombianos vivos peleaban por una cita, por un medicamento o por ser atendidos en una urgencia. “Las EPS no solo dejaron morir gente. También las siguieron facturando después del entierro”, denunció Peralta, resumiendo una crisis que ya no se puede maquillar.

Y como si todo esto fuera poco, la ADRES también informó sobrecostos en medicamentos por cerca de 3 billones de pesos entre 2022 y 2023. Tres billones que nadie puede explicar, tres billones que no llegaron a los pacientes, tres billones que hoy hunden más al sistema en la iniquidez que lo asfixia.

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