El país amaneció con un video que sacudió el alma de miles: una madre cabeza de hogar, con la voz quebrada y los ojos llenos de cansancio, rogándole al Congreso que deje de jugar con la vida de su hija. Esa escena, protagonizada por Carmen Sofía Larios, terminó convirtiéndose en el mensaje más contundente a favor de la reforma a la sal, y fue el propio ministro Guillermo Jaramillo quien decidió amplificarlo para que los senadores ya no puedan mirar hacia otro lado.

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En su cuenta de X, el ministro lanzó una advertencia directa a la Comisión Séptima que ya desató un apoyo masivo: “Senadores de la Comisión Séptima: si no me quieren escuchar a mí, escuchen a la señora Carmen y a su hija… El país los está mirando. No sigan bloqueando la voluntad de la gente”. Jaramillo insistió en que Colombia merece un sistema que acompañe a las personas siempre y no uno que, como el actual, “excluye, fragmenta y niega derechos”.
Y mientras el ministro hacía el llamado, Carmen Sofía se encargaba de mostrar la realidad que muchos intentan ocultar. En el video se presenta con una fuerza que solo nace del dolor acumulado: “Soy Carmen Sofía Larios, madre soltera, cabeza de familia, cuidadora 24-7 de mi hija María José Salamanca. Ella tiene 29 años… parálisis cerebral severa, asociada con autismo… a mí me ha ido muy duro con la salud. Por eso estoy de acuerdo con la reforma a la salud”.
Senadores de la Comisión Séptima: si no me quieren escuchar a mí, escuchen a la señora Carmen y a su hija. Ellas hablan por un país que está cansado de que ustedes sigan aplazando lo que ya no se puede aplazar: debatan y aprueben la reforma a la salud.
— Guillermo Jaramillo (@GA_Jaramillo) November 26, 2025
Colombia merece un… pic.twitter.com/ezLQTPTOUH
La mujer, visiblemente afectada, terminó enviando un mensaje que dejó sin aliento a más de uno: “Desde el fondo de mi corazón, yo les envío un mensaje. Por favor, colabórenos… solo los que lo vivimos sabemos cuánto nos hace falta esa reforma. Yo padezco demasiado con mi niña, demasiado… desde el corazón les pido, por favor, señores senadores, que nos ayuden”.
Entre lágrimas, Carmen describió lo que millones de familias sienten a diario y que durante años fue ignorado por la política tradicional. Esta vez, sin embargo, su testimonio llegó directo al centro del debate, impulsado por un ministro que no está dispuesto a permitir que el Congreso entierre otra vez la esperanza de una reforma que busca reparar décadas de abandono.
La oposición intenta bloquear cualquier avance, pero la voz de esta madre se convirtió en símbolo de un país entero que exige un sistema de salud que no los deje morir esperando. Y ahora, como lo dijo Jaramillo, los senadores no pueden decir que no escucharon: Carmen ya habló por todos.





