La noche prometía ser una simple celebración laboral, pero terminó convertida en una auténtica pesadilla para la precandidata presidencial María Fernanda Cabal, quien vivió un bochorno monumental frente a decenas de trabajadores de una empresa de seguridad en Bogotá. La senadora llegó al evento con actitud triunfal, lista para soltar un discurso político en plena fiesta de fin de año, pero el público tenía otros planes.
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Apenas Cabal tomó el micrófono, como si fuera obligatorio escucharla, el ambiente festivo se congeló. Bastaron unos segundos de saludo para que estallara la molestia contenida de los empleados, quienes sin titubeos comenzaron a gritarle con fuerza: “¡Fuera, fuera!”. El rechazo fue tan contundente que la precandidata no pudo ni continuar la frase. La escena, captada en videos que ya circulan por redes, muestra a los asistentes levantando la voz mientras la congresista intenta mantener la compostura, sin éxito.
El abucheo fue tan abrumador que el protocolo se vino abajo. El discurso quedó suspendido, la música se cortó, y la política, acostumbrada a imponerse a punta de gritos, tuvo que retirarse ante la presión legítima de una audiencia que no estaba dispuesta a dejarse convertir su celebración en tarima de campaña. Lo que debía ser un simple acto corporativo terminó convertido en una rotunda demostración de rechazo popular.
Sacaron a María Fernanda Cabal de una fiesta de fin de año de una empresa donde la invito el dueño. Qué valentía la de los trabajadores. Mi admiración pic.twitter.com/dHl2C7Mkl6
— Alejandro Ocampo (@alejoocampog) November 27, 2025
Los trabajadores, hartos de que la política se meta hasta en sus espacios de descanso, dejaron clara su posición sin medias tintas. En los videos se escuchan voces que gritan: “¡Fuera, fuera, aquí no va María Fernanda Cabal!”, una frase que se volvió tendencia y que, para muchos, refleja el cansancio ciudadano frente a discursos incendiarios y figuras que alimentan la polarización.
Sectores del uribismo intentan minimizar el papelón y victimizar a Cabal, pero lo cierto es que este episodio expone, con crudeza, el profundo desgaste que generan ciertas figuras políticas incluso en escenarios donde nadie las invitó a hablar de campaña. La gente no quiere imposiciones ni shows. La gente quiere celebrar sin politiquería.
Ni Cabal ni la empresa se han atrevido a pronunciarse oficialmente tras el vergonzoso incidente, pero las imágenes siguen extendiéndose como pólvora. En redes, las reacciones no paran: unos celebran la valentía de los trabajadores; otros se preguntan cómo pensó Cabal que la recibirían en un espacio donde la realidad del país pesa mucho más que sus discursos prefabricados.
Lo que sí es claro es que la noche terminó con una gran lección: los trabajadores hablaron fuerte y claro… y no precisamente para aplaudir a Cabal.





