En el marco de una audiencia ante la JEP, el teniente (r) Javier Danilo Páez, exoficial del Batallón Calibío en Puerto Berrío (Antioquia), entregó públicamente detalles de los asesinatos de civiles que perpetró entre ellos los casos de José Manuel Caballero Rodelo y Manuel Baldovino quienes fueron ejecutados el 6 de abril del 2008.
Esto, luego de que la magistrada Reinere Jaramillo revelara la identificación de José Manuel Caballero Rodelo, de quien sus restos óseos fueron recuperados en el cementerio de Puerto Berrío, y anunciara que su cadáver será entregado dignamente a su familia los próximos 3 y 4 de agosto.
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Frente a los hechos concretos revelados por el teniente Páez ante la jurisdicción, indicó que las víctimas fueron seducidas por dos mujeres, llamadas Heidy Zabaleta y Luciana, quienes (también engañadas) los llevaron hasta Puerto Berrío por medio de una falsa oferta laboral para supuestamente trabajar en una mina, ellos los esperaron en un retén falso, disfrazados de paramilitares, y se los llevaron.
“Se separaron a las personas y a dos soldados se les dio la orden de asesinarlos a sangre fría. Cuando pasa eso nosotros ya nos cambiamos en nuestro uniforme camuflado y reportamos un combate, un combate que nunca existió” sentenció el teniente López.
De acuerdo con López todo se produjo en un contexto donde el comandante del Batallón Calibío, coronel (r) Wilson Ramírez Cedeño, lo presionaba para presentar “bajas”, enunciando oraciones como “yo con usted llego a la orilla pero no me tiro con usted” le decía el coronel Ramírez Cedeño según Páez.
Frente a las armas que se les implantaron y que de hecho les hicieron disparar a las víctimas antes de matarlas, Páez aseguró que un soldado Pineda le vendió ese armamento, y el capitán Dueñas se la Sección de Inteligencia le dijo “tranquilo, lo que usted invierta se lo damos con la plata de gastos reservados”.
Según Páez, le decían que trataran de traer habitantes de calle provenientes de Medellín o vendedores ambulantes, para asesinarlos en Puerto Berrío.
Adicionalmente, aseguró que el coronel Wilson Ramírez Cedeño, excomandante del Batallón y condenado a más de 57 años de cárcel, le ofreció dinero y hasta una casa para que asumiera toda la responsabilidad en distintos hechos, y particularmente el mayor Rodríguez Ávila, jefe de operaciones del Batallón le ofreció también $60 millones de pesos para que lo sacara limpio del escándalo, aceptando el dinero.
“En el Ejército todos sabían, desde el general ante el soldado más recluta. Mucha gente en ese momento se aplaudía, se vanagloriaba” sentenció Páez quien añadió que por todas las, en realidad, ejecuciones extrajudiciales que perpetró fue condecorado.
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