El pueblo Misak se salió con la suya, Belalcázar no volverá al morro de Tulcán

El hecho se dio como un “acto de dignidad” como ellos mismos catalogaron el momento.

En su momento, el video donde se observa como indígenas del pueblo Misak derribaron la estatua del conquistador español, se volvió viral en redes sociales.

Es importante resaltar que esta comunidad fue una de las más afectadas durante la conquista española, pues bajo el dominio de los europeos se perpetuaron innumerables masacres frente a esta población en específico. Un comunicado de las Autoridades Indígenas del Suroccidente indicó lo siguiente: “Declaramos que la estatua erigida desde la década de los 30, cuando Popayán conmemoró 400 años de la derrota de nuestros pueblos indígenas por la bota española genocida, hace parte de la violencia simbólica que nos ha oprimido y nos ha puesto en un lugar de olvido”

Como respuesta del gobierno Nacional a los manifestantes que tumbaron la estatua, el Instituto de Antropología que depende del Ministerio de Cultura logró un acuerdo entre las autoridades indígenas y el gobierno. El ICAN reconoció que el Morro de Tulcán es un bien arqueológico y por tanto patrimonio de la nación.

La decisión del ICAN, no le permite al alcalde Juan Carlos López precipitarse por decisión propia para volver a instalar la estatua de Belalcázar como era su intención sin la debida autorización de la entidad estatal.

El pueblo Misak dice que el Morro se Tulcán es un lugar sagrado ancestral y que por tanto no puede ser intervenido, lo que deja ver que el alcalde López tendrá que buscarle un nuevo lugar a la estatua del fundador de Popayán que debía ser en alguna de las plazas del trazado colonial de la ciudad y no en territorio ancestral indígena.

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