El nuevo secretario de Seguridad, Aníbal Fernández, quiere ganarse a los miembros de esa institución como primera medida de su gestión.
A pesar de la grave crisis económica por la que atraviesan miles de ciudadanos en la capital e incluso el propio sistema de transporte Transmilenio al que el Concejo de Bogotá tuvo que aprobarle 1.1 billones de pesos para su «rescate», la Secretaria de Seguridad, Convivencia y Justicia quiere enviar a uniformados de la Policía a viajes de descanso con destino a San Andrés y Cartagena.
Al Punto tuvo acceso a un documento en el que se exponen las especificaciones técnicas que deben tener los paquetes turísticos para más de 150 personas.
Entre las exigencias más destacadas, se puede leer que el uniformado podrá asistir con un acompañante, tiquetes aéreos, transporte aeropuerto- hotel, impuestos, sobretasas, seguro médico, las 3 comidas del día (tipo Buffet) y hotel 4 estrellas.
Pero hay más, dentro de la información del procedimiento de cotización la Secretaria de Seguridad da conocer que los viajes corresponden a «INCENTIVOS PARA PERSONAL UNIFORMADO DE LOS ORGANISMOS DE SEGURIDAD QUE PRESTA SUS SERVICIOS EN EL DISTRITO CAPITAL» como se puede leer en el siguiente documento:
Lo más grave es que Claudia López se ha arropado con la bandera de la «austeridad» en distintas ocasiones como también lo ha hecho el presidente Iván Duque desde hace más de tres años, además, hace algunos días la propia Revista Semana dio a conocer que la mandataria de los bogotanos se gasta 6.700 millones de pesos anuales destinados a la Oficina de Comunicaciones de la Alcaldía (cerca de 540 millones de pesos mensuales).
López tampoco tiene en cuenta la grave crisis de imagen que enfrenta la Policía desde hace bastante tiempo en la ciudad y que se intensificó con el crimen del abogado Javier Ordóñez y el Paro Nacional que ha dejado graves denuncias de abuso de autoridad que medios colombianos e internacionales al igual que el informe de la CIDH han podido registrar.
A pesar de estos motivos, su administración no se «aprieta el cinturón» y continúa gastando recursos públicos en cosas innecesarias que podrían esperar, recursos que deberían ser destinados a atender la reactivación económica y la difícil situación por la que atraviesan las familias más vulnerables en Bogotá.
No es un buen mensaje premiar a miembros de una institución que cuenta con una imagen de favorabilidad muy negativa y de la cual la alcaldesa no ha podido hacerse cargo desde que inició su mandato.