Petro destapa horror en La Guajira: cuerpos flotando, explosiones en el caribe y sospechas de que el responsable pueda ser EE.UU

El país quedó en shock tras la revelación del presidente Petro sobre cuerpos que están apareciendo en el mar de La Guajira, un hecho que podría estar ligado a bombardeos estadounidenses en el Caribe. El mandatario exige identificar a las víctimas y frenar lo que denuncia como posibles ejecuciones extrajudiciales.

El país amaneció estremecido por la advertencia del presidente Gustavo Petro, quien reveló que varios cuerpos aparecieron flotando en el mar de La Guajira, un hecho que calificó como una urgencia nacional. El mandatario ordenó a Medicina Legal identificar de inmediato a las víctimas y coordinar con la Fiscalía venezolana ante un escenario que él mismo describió como inquietante: “Pueden ser muertos por bombardeo en el mar”, escribió en su cuenta de X.

La gravedad del mensaje detonó una ola de preguntas. En pleno Caribe, fronterizo y vulnerado, están apareciendo cadáveres arrastrados por la marea mientras habitantes denuncian explosiones, operaciones militares sin explicación y un silencio oficial desde EE. UU. que solo profundiza el miedo.

Las comunidades indígenas de Puerto López, golpeadas históricamente por el abandono estatal, fueron las primeras en documentar lo ocurrido. “Llegaron dos cuerpos tras lo que parece haber sido un ataque con bomba, después un tercero. Semanas más tarde se escuchó otra explosión”, relató David Epieyú ante cámaras públicas. Las imágenes recolectadas muestran cuerpos sin vida que no deberían estar allí, pero están. Y nadie, salvo Petro, parece querer preguntar por qué.

El presidente insistió en que el país no puede normalizar esta atrocidad. “Han aparecido estos cuerpos flotando en el mar de La Guajira, le pido a medicina legal establecer identidades y coordinar con la fiscalía de Venezuela”, reiteró, revelando además que RTVC captó testimonios que vinculan los hallazgos con bombardeos estadounidenses supuestamente ejecutados bajo el viejo y desgastado argumento del “combate al narcotráfico”.

El reportero de RTVC que estuvo en la zona advirtió que la situación es mucho más oscura de lo que se creía: “Enviamos las imágenes de apoyo de los dos cuerpos que aparecieron, serían producto de esos bombardeos y se presume que eran, pues ciudadanos colombianos… una ejecución extrajudicial por el bombardeo norteamericano”.

Las comunidades lo confirman: las detonaciones se escuchan desde hace meses. Y ahora los muertos están llegando a la arena.

La indignación crece porque no es la primera vez. La CIDH recibió hace pocos días una denuncia por la muerte del pescador colombiano Alejandro Carranza, presuntamente bombardeado por fuerzas estadounidenses mientras su embarcación, según su familia, tenía fallas mecánicas. “No era un barco cargado de droga. No, salió a pescar marlines y atunes”, dijo el abogado Daniel Kovalik, representante del caso.

Desde el Gobierno de EE. UU., Donald Trump defendió el ataque asegurando que había “bolsas grandes de cocaína y fentanilo por todas partes”, pero la familia del pescador insiste en que se trata de una mentira para justificar una ejecución extrajudicial en aguas internacionales.

Petro rechazó de nuevo la narrativa del supremacismo militar y recordó que estas víctimas son colombianos pobres, trabajadores del mar, convertidos en blanco por la criminalización indiscriminada. “No pueden ni deben ser asesinados, ni por fusiles ni por cuchillas ni por espadas”, afirmó el presidente, recordando que estas muertes constituyen una violación directa del derecho internacional humanitario.

Mientras Medicina Legal avanza en las identificaciones, el país exige respuestas. Los cuerpos siguen apareciendo. Las explosiones se siguen escuchando. Y hoy la pregunta ya no es si estos bombardeos existen, sino cuántas víctimas más están ocultando las olas del Caribe.

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