Petro lo advirtió: “Bogotá al borde del colapso” por el metro elevado mientras comerciantes quiebran por obras mal planeadas

Lo que debía ser una solución para el tráfico de Bogotá terminó convirtiéndose en un problema mayor: retrasos interminables, negocios arruinados y una ciudad atrapada en el caos vial del deprimido de la calle 72.

El deprimido de la calle 72 en Bogotá se ha convertido en uno de los proyectos más polémicos de la ciudad, no solo por sus constantes retrasos, sino por el impacto negativo que ha generado en la movilidad y el comercio local. Lo que prometía ser una obra para mejorar el tráfico, ha terminado sumiendo a la ciudad en un caos vial sin precedentes.

El incumplimiento en los plazos de entrega ha generado estragos en la economía de la zona. Negocios que alguna vez fueron prósperos ahora enfrentan pérdidas millonarias debido a la prolongación de las obras. Uno de los comerciantes afectados, dueño de un local de hamburguesas, relató cómo el ruido y las vibraciones de la maquinaria dañaron la estructura de su establecimiento. A pesar de las promesas de reparación, la empresa encargada de la obra sigue sin responder.

Otros comerciantes expresaron su frustración y denunciaron que más de 2.500 negocios en la zona han sido gravemente afectados. «Nos dejaron en la quiebra. Inauguran la obra a las 3 de la mañana para evitar la protesta del pueblo. Nadie nos ha escuchado», declaró un comerciante a CityTV.

El alcalde Carlos Fernando Galán, en entrevista con Caracol Radio, intentó justificar los retrasos, alegando que la obra fue heredada con apenas un 45% de ejecución y que la reubicación de cables y hallazgos arqueológicos complicaron su avance. Sin embargo, aseguró que ya se ha habilitado parcialmente el paso vehicular y que la obra está en su fase final.

Pese a estas declaraciones, los comerciantes y residentes siguen escépticos. Las promesas de entrega llevan años incumpliéndose y la comunidad no confía en los nuevos plazos.

Ante la indignación ciudadana, el presidente Gustavo Petro no tardó en señalar a los responsables de la crisis de movilidad en la capital. En un discurso contundente, acusó a los exalcaldes Enrique Peñalosa y Claudia López de sabotear la propuesta de un metro subterráneo para Bogotá, lo que, según él, ha llevado a la ciudad al colapso.

«Lo advertí desde el principio. Sabotearon el metro subterráneo solo por intereses políticos, y hoy las consecuencias las sufre la gente. La movilidad de Bogotá ha sido destruida, los tiempos de viaje aumentarán con el metro elevado, y el urbanismo de la ciudad ha sido arruinado», sentenció Petro.

El mandatario propuso recuperar parte del proyecto subterráneo y transformar el sistema de transporte público hacia modelos eléctricos y férreos. Según él, esta sería la única forma de garantizar una movilidad digna y eficiente para la ciudad.

Mientras la administración distrital insiste en la continuidad de las obras y el avance del metro elevado, los comerciantes y ciudadanos exigen soluciones inmediatas. Las protestas continúan y la incertidumbre crece.

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