Uribismo otra vez en la picota: el excongresista del Centro Democrático, Gustavo Londoño, fue condenado por comprar votos con diplomas falsos en el Vichada

La Corte Suprema destapó otro escándalo en el uribismo: el excongresista Gustavo Londoño fue condenado por comprar votos con diplomas falsos en el Vichada.

La sombra de la corrupción vuelve a golpear al Centro Democrático. Esta vez, la Corte Suprema de Justicia condenó al exrepresentante a la Cámara Gustavo Londoño García a cinco años y cinco meses de prisión domiciliaria por uno de los delitos más graves en una democracia: comprar votos.

El alto tribunal dejó al descubierto una burda estrategia que convirtió la educación en carnada electoral. Según la investigación, Londoño ofreció títulos de bachillerato y supuestos cursos de capacitación expedidos por el cuestionado instituto Petroschool para atraer sufragios en las elecciones legislativas de 2018, en el departamento del Vichada.

La Corte fue tajante: el entonces congresista “no solo consintió, sino que se benefició directamente de la entrega masiva de títulos académicos sin respaldo legal, como forma de captar apoyo electoral en comunidades vulnerables”. En otras palabras, mientras prometía desarrollo y oportunidades, lo que realmente repartía eran papeles sin valor a cambio de votos.

Pero la advertencia de los magistrados fue más dura todavía: “el conocimiento fue sustituido por el cálculo electoral”. Así, lo que debía ser un derecho para poblaciones olvidadas terminó convertido en un instrumento de manipulación clientelista.

La condena incluye, además de la pena de 66 meses, una multa equivalente a 501 salarios mínimos e inhabilitación para ejercer cargos públicos, aunque, en un beneficio que indigna a muchos, Londoño no pisará una cárcel: la sanción se le conmutó por prisión domiciliaria.

Con este nuevo escándalo, se repite la misma historia que parece haberse normalizado en el partido de Álvaro Uribe: investigaciones, imputaciones, condenas y beneficios judiciales. El uribismo, lejos de rendir cuentas, sigue acumulando en su prontuario político nombres de congresistas que ven en el delito una herramienta de campaña.

Sin embargo, las comunidades del Vichada que fueron engañadas con diplomas de humo siguen esperando la verdadera educación que les fue prometida, pero que nunca llegó bajo los gobiernos de derecha.

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