Gorgona volvió a ser tendencia, pero no por ballenas ni por turismo, sino por el descaro con el que el MOIR y sus voceros han intentado venderle al país una mentira monumental. Mientras Jennifer Pedraza, Jorge Robledo y el activista Andrés Pachón gritan “¡base militar!”, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, viajó a la isla, revisó cada obra, grabó pruebas, y dejó en evidencia que todo su escándalo es un show mediático para irse en contra del Gobierno Nacional.
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En un video grabado desde la misma Gorgona, Carrillo fue tajante: “Amanece en Gorgona y no vine a ver ballenas. Vine a buscar una supuesta base militar”. Y de inmediato lanzó la frase que encendió a la oposición: “Uno de los principales promotores de la idea de la supuesta base militar en Gorgona es el MOIR. Y el MOIR simplemente busca hacerle daño al gobierno por su resentimiento y por su envidia”. Lo que encontró en la isla fue exactamente lo contrario a lo que los opositores denuncian: reconstrucción de cabañas, alojamientos, un centro de investigación y presencia de la Armada como hay en cualquier territorio colombiano. Nada clandestino. Nada norteamericano. Nada de “Petro entregando Gorgona”.
Carrillo también aclaró el punto más manipulado por la oposición: el radar. “Va a ser instalado con recursos de la Armada Nacional”, afirmó. “Es fundamental para garantizar la soberanía”. Precisamente lo contrario a lo que el MOIR sugiere, y es que supuestamente sería financiado por EE.UU. Y remató: “Aquí en Gorgona no se está construyendo una base militar”. Estas palabras no solo desmienten a la oposición: los deja en ridículo.
Pero mientras Carrillo mostraba hechos desde la isla, Jennifer Pedraza repetía en el Congreso en marzo de 2024 su ya desgastado libreto. “Hay comunidades que ni siquiera se sienten tranquilas de poder hablar porque han recibido amenazas por oponerse a este proyecto militar”, dijo, ignorando olímpicamente que el Ministerio de Ambiente la invitó a Gorgona para comprobar con sus propios ojos que esa “base militar” no existía. Ella misma admitió en su intervención que no fue: “Este viernes me he quedado sorprendida ante la negativa del Ministerio a incluir voces de las comunidades ¿qué es lo que quieren? ¿que vayamos y le lavemos la cara a una visita que ya sabemos con qué conclusión va a terminar?”. Es decir: no fue porque no le convenía ver la verdad.
El @MinAmbienteCo se niega a escuchar a las comunidades y a las organizaciones que defienden a la Isla Gorgona de un proyecto militar que atenta contra la biodiversidad y soberanía de Colombia🇨🇴 ¿Cuál es el miedo de escuchar a la gente? ¿Eso no criticaban de Gobnos anteriores? pic.twitter.com/6UQfdgTBp2
— Jennifer Pedraza Sandoval (@JenniferPedraz) March 20, 2024
El activista Andrés Pachón, quien se vende como “salvador de Gorgona”, tampoco se quedó atrás. En un tono apocalíptico aseguró: “Desde el comité Salvemos Gorgona denunciamos que el inicio de operaciones es ilegal. Quieren avanzar por la puerta de atrás y convertir un parque nacional natural en una base militar de guardacostas. El servicio de Trump y de los Estados Unidos”. Habla de Trump, de conspiraciones, de geopolítica y hasta de ballenas, pero nada de eso aparece en la inspección oficial que Carrillo realizó en el terreno. Sus denuncias, una vez más, se quedan en puro humo.
¡Alerta GORGONA! 📢🐳
— Andrés Pachón (@AndresPachonTor) November 26, 2025
Gob. Petro quiere meter la base guardacostas en GORGONA por la puerta de atrás 👇🏽#PetroNoEntregueGorgonaATrump#SalvemosGorgona ¡Favor RT! pic.twitter.com/8KE6oEW1ds
El propio Carrillo recordó por qué este discurso es absurdo: “Es ridículo pensar que un presidente que está desertificado, que no tiene visa; está siendo cómplice de los intereses imperialistas de los norteamericanos”. No hay base militar, no hay entrega a Estados Unidos, no hay proyecto oculto. Lo que sí hubo, y quedó grabado en video, fue un funcionario del Estado confirmando que la isla es un proyecto ambiental, científico y turístico, no un peón en disputas geopolíticas como insisten los voceros del MOIR.
Carrillo mostró la realidad, pero el MOIR decidió apostarle a la fantasía. Y ahora, con la visita oficial desmontando cada una de sus afirmaciones, sus denuncias quedan expuestas como lo que siempre fueron: una campaña política basada en el miedo, la manipulación y la necesidad desesperada de golpear a Petro cueste lo que cueste. Gorgona no tiene base militar. Lo que sí tiene son opositores dispuestos a inventarla.





