El Senado vivió una de sus jornadas más bochornosas cuando Paloma Valencia, visiblemente exaltada y sin una sola prueba en la mano, lanzó una de las acusaciones más graves que se hayan escuchado en pleno: insinuó que Iván Cepeda podría ordenarle un atentado. La escena, que dejó a todo el recinto helado, borró por completo el objetivo del debate y puso en evidencia, una vez más, el desespero del uribismo ante el avance político del líder del Pacto Histórico.
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Todo comenzó durante la discusión sobre las presuntas infiltraciones de alias ‘Calarcá’. Desde el primer minuto, Valencia entró con el libreto que ya se le conoce: atacar la Paz Total, desinformar y convertir el debate en un ring personal contra Cepeda. “Este debate parece que le molesta al Pacto Histórico y al senador Iván Cepeda, que se ausenta y desaparece cada vez que salimos a hablar del caos de la Paz Total”, lanzó, en tono acusatorio, sin presentar un solo sustento.
Pero la senadora fue más allá: “Liberaron a Calarcá, todo gracias a la famosa resolución que convierte a los criminales en ‘gestores de Paz’”, afirmó, e incluso aseguró, sin evidencia alguna, que Cepeda habría firmado acuerdos del ELN que permitían el uso de jóvenes de 15 años en el conflicto. En su escalada discursiva, terminó mencionando supuestos planes para asesinarla, afirmando que provenían de grupos armados y que estarían ligados a “el senador con el que negocia el ELN”.
Lo que hizo Paloma Valencia contra Iván Cepeda no es aceptable en ninguna democracia. Acusar a un senador y precandidato de “mandar a matar” sin una sola prueba es una forma de violencia política que pone en riesgo su integridad y degrada el debate público. En un país donde ya se… pic.twitter.com/GEUmmuU1k0
— Laura Camila Vargas (@LauraCVargas96) December 3, 2025
Entonces llegó el momento más delirante del debate. Mientras Cepeda respondía, recordando hechos judiciales irrefutables sobre Santiago Uribe: “Es un jefe paramilitar hoy por hoy el señor Santiago Uribe”, Paloma Valencia explotó. Interrumpió, gritó y remató con una frase que dejó en shock al Congreso: “No me vaya a mandar a matar. No me vaya a mandar a matar, senador Cepeda”.
Cepeda, manteniendo la serenidad que no tuvo su contrincante, solo atinó a responder: “Cálmese, cálmese, cálmese. Oye. Cálmese, cálmese”.
La acusación sin pruebas, prácticamente llamar asesino a un senador en plena sesión, fue vista como una línea roja que la congresista traspasó sin escrúpulos. Y no tardó en llegar la respuesta de quienes defienden la política seria y responsable.
Qué asco lo que están haciendo con Iván Cepeda en el Senado. Citaron a un debate al Min de Defensa y terminaron atacándolo a él, lo mencionan más de 13 veces. Paloma Valencia y Jota Pe Hernández lo calumnian con las FARC, mientras la Mesa Directiva lo censura. Horroroso. pic.twitter.com/4aP34ZJYng
— U L D A R I C O (@UldaricoChilito) December 3, 2025
María José Pizarro fue una de las primeras en condenar el espectáculo: “Sin una sola prueba, Paloma Valencia lanzó una acusación gravísima contra Iván Cepeda”, escribió en X, calificando sus palabras como “irresponsables y peligrosas”. Y añadió una advertencia que resonó fuerte: “El debate es con ideas y verdad. Somos senadores como usted, Paloma, y no aceptamos que se infunda terror”.
La derecha intentaba desviar el foco hacia teorías sin fundamento, pero el Pacto Histórico se mantuvo firme, recalcando que la política no puede convertirse en un campo donde las falsas acusaciones se usen como arma electoral. Pizarro incluso destacó la solidez del senador del Pacto: “Primera parte de la respuesta, firme, serena y llena de verdades del próximo presidente de Colombia, Iván Cepeda”.
En contraste con la serenidad de Cepeda, la reacción de Valencia dejó un mensaje claro: el uribismo está acorralado. “Están asustados. Se les nota”, sentenció Pizarro.
Sin una sola prueba @PalomaValenciaL lanzó una acusación gravísima contra @IvanCepedaCast.
— María José Pizarro Rodríguez (@PizarroMariaJo) December 4, 2025
Decir en el Senado: “por favor senador Iván, no me mande a matar” es irresponsable y peligroso. En una democracia no se puede permitir el uso político del miedo, ni la calumnia e injuria a… pic.twitter.com/JLdGGHOJWl
El episodio dejó un precedente preocupante: una precandidata presidencial del Centro Democrático insinuando, sin evidencia, sin contexto, sin responsabilidad, que un opositor podría ordenar su asesinato. Una estrategia peligrosa que no solo degrada el debate democrático, sino que normaliza acusaciones que históricamente han costado vidas.
Hoy, más que la discusión sobre Calarcá o sobre la Paz Total, lo que queda es la imagen de una senadora desbordada, acusando sin pruebas, y de un líder político, Iván Cepeda, enfrentando la agresión con templanza, datos y serenidad. Y en medio del caos, un mensaje que resuena: la política del miedo ya no intimida a quienes defienden la verdad.





