El Gobierno de Petro ha entregado 276.921 hectáreas a campesinos y comunidades étnicas: un golpe al despojo y la injusticia en Colombia

El Gobierno de Gustavo Petro ha entregado más de 276.000 hectáreas de tierra a campesinos y comunidades étnicas, un paso clave hacia la justicia social y agraria en Colombia. Esta histórica acción promete transformar la ruralidad y devolver la dignidad a quienes han sido despojados de su tierra.

El Gobierno de Gustavo Petro está dando pasos decisivos hacia una Colombia más justa y equitativa, y una de las acciones más trascendentales en este proceso es la histórica entrega de tierras a campesinos y comunidades étnicas. La Agencia Nacional de Tierras (ANT) ha entregado, hasta la fecha, un total de 276.921 hectáreas, un avance fundamental en la construcción de la Reforma Agraria prometida por el presidente.

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De estas tierras, 198.291 hectáreas han sido destinadas al campesinado, mientras que 78.000 han sido entregadas a comunidades afro e indígenas. Un gesto que no solo es un alivio para aquellos que han luchado por tener un pedazo de tierra, sino un acto de reparación histórica para quienes han sufrido el despojo en los territorios más golpeados por el conflicto armado.

El director de la ANT, Felipe Harman, destacó que el objetivo es claro: «La esperanza de Colombia es que el campesinado tenga tierra». Y agregó con firmeza: «Ahora los campesinos tienen la seguridad de que sus procesos son tratados con justicia. Las tierras de Colombia están siendo devueltas a quienes siempre las han trabajado».

Una de las entregas más recientes fue la de 3.671 hectáreas en regiones clave del Bajo Cauca, el Magdalena Medio y el Urabá antioqueño. Estos territorios, que antes estuvieron en manos de los exjefes paramilitares ‘Cuco Vanoy’ y ‘Macaco’, son ahora parte de la lucha por la dignidad del campesinado, que, en palabras de Harman, «ha protegido esta tierra como suya, aún sin serlo». Ahora, estos valiosos terrenos pasarán a ser patrimonio de 282 familias campesinas, que finalmente podrán cultivar y heredar una tierra que es suya por derecho.

Para la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, esta acción va más allá de una simple entrega: «Estas tierras debieron haber sido entregadas hace más de 15 años, pero fueron mal administradas. Hoy, gracias al trabajo del Gobierno del Cambio, podemos devolverlas al campesinado como un acto de justicia, porque así es como se construye la paz».

Este compromiso se extiende más allá del Bajo Cauca. En municipios como San Zenón, Magdalena, y Buenavista, Córdoba, el Gobierno ha entregado miles de hectáreas a asociaciones campesinas. «La tierra no es para acumular poder, sino para producir alimentos para todos», expresó el presidente Gustavo Petro, reafirmando que la tierra es un instrumento vital para la vida, no un simple símbolo de riqueza.

En Montería, las familias campesinas del municipio de Buenavista recibieron 8.430 hectáreas, adquiridas por la ANT a través de convenios con la Fiscalía General de la Nación y la Sociedad de Activos Especiales (SAE). Estos terrenos, que fueron incautados a los grupos paramilitares, serán utilizados para la producción agropecuaria, un paso clave para la visión del presidente de convertir a Colombia en una potencia agroalimentaria.

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