La salud era el botín de Carlos Palacino, expresidente de SaludCoop, quien fue condenado a 15 años de cárcel por corrupción mientras pacientes morían en filas

Por años, Carlos Gustavo Palacino, expresidente de la EPS SaludCoop, y su mano derecha financiera, Javier Mauricio Sabogal Jaramillo, se burlaron del sistema de salud colombiano. Hoy, la justicia les pasa factura: ambos fueron condenados a 15 años y un mes de prisión, luego de que el Tribunal Superior de Bogotá confirmara la sentencia por crímenes gravísimos como estafa, fraude procesal y falsedad en documento privado.

Además de la cárcel, deberán pagar una millonaria multa equivalente a 820 salarios mínimos legales y están inhabilitados por casi ocho años para ejercer cargos públicos. Una sanción que, aunque tardía, le pone rostro a la impunidad que imperó en el modelo de salud que tantos defienden hoy con cinismo.

Los delitos no fueron menores: entre 2010 y 2011, SaludCoop fingió pagos por servicios médicos que nunca prestó, mientras Palacino y Sabogal llenaban formularios fraudulentos para engañar al Fosyga (hoy ADRES) y embolsillarse más de 14.000 millones de pesos en recobros ilegales. Todo esto, mientras cientos de pacientes morían esperando una cita o un medicamento.

Pero la historia no termina ahí. Palacino ya había sido condenado anteriormente por otro desfalco de más de 390.000 millones de pesos: recursos públicos desviados para comprar bienes en Colombia, México y Ecuador, financiar préstamos privados, costear vacaciones de lujo y hasta pagar carros de alta gama. Una red criminal disfrazada de EPS.

Este nuevo fallo confirma lo que el presidente Gustavo Petro ha denunciado con firmeza: el sistema de salud basado en EPS no fue diseñado para salvar vidas, sino para enriquecer mafias de cuello blanco. SaludCoop, en su momento la EPS más grande del país, fue símbolo del modelo neoliberal que privatizó la salud y convirtió el derecho en un negocio.

Hoy, mientras la oposición grita “¡que no toquen las EPS!”, la justicia muestra lo que realmente defendían: estructuras como SaludCoop, que saquearon el erario y abandonaron a miles de colombianos. “Nos dijeron que las EPS eran eficientes, pero lo que hicieron fue robar en nombre de la salud”, ha dicho Petro en repetidas ocasiones. Y tenía toda la razón.

Este fallo no es solo una victoria judicial, sino un argumento más a favor de la transformación urgente del sistema de salud. La justicia le da la razón al cambio: el pasado fue corrupción, y solo un nuevo modelo público, centrado en la vida y no en el lucro, puede garantizar el derecho fundamental a la salud.

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