¡Indignante! Congresistas se dan 10 días libres mientras siguen cobrando millones sin trabajar

Mientras miles de colombianos luchan por sobrevivir, el Congreso se toma 10 días de descanso, hunde la reforma laboral y sigue cobrando $48 millones mensuales.

Mientras millones de colombianos luchan por sobrevivir con un salario mínimo, los congresistas de la República decidieron premiarse con diez días de descanso remunerado en Semana Santa, todo mientras siguen cobrando $48 millones mensuales sin mover un dedo en el Capitolio.

Sí, leyó bien: del sábado 12 al lunes 21 de abril, el Congreso se paralizó. Ni una sola plenaria, ni una discusión legislativa, ni un debate de control político. Nada. Y no fue por vacaciones oficiales, sino por una combinación de “acuerdo sindical”, “día de la familia” y hasta “cortes de energía programados”. Una excusa tras otra para justificar la inactividad, justo cuando el país necesita respuestas y acción.

Pero lo más escandaloso no es solo la pausa. Lo indignante es el contexto. Esta suspensión se da justo después del hundimiento de la reforma laboral, una iniciativa que buscaba mejorar las condiciones de los trabajadores del país, especialmente los más vulnerables. Entre otras cosas, la reforma proponía mejorar el recargo nocturno, garantizar mayor estabilidad laboral y reconocer más horas extras para quienes ganan el mínimo.

¿Y qué hicieron los congresistas? Le dieron la espalda a los trabajadores. Votaron en contra de la reforma y luego se fueron a descansar… con sueldo completo. Cada uno de ellos recibirá, por esos días sin sesionar, cerca de $12.5 millones, lo que equivale a más de dos años de trabajo de un colombiano que gana el mínimo.

El director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, no se quedó callado y lanzó un fuerte mensaje en redes sociales: “Por cada semana que no trabajan los Congresistas, les pagan $12.5 millones a cada uno. Sin hacer nada. Son los mismos que les niegan 5 mil pesitos de una hora extra a los trabajadores que ganan un mínimo. RT. Hay que derrotar estas injusticias en la Consulta Popular”.

La indignación crece no solo por la desconexión con la realidad del país, sino por el descaro de quienes ocupan las curules. Mientras miles de colombianos no tienen derecho ni a un día libre, quienes legislan por ellos se otorgan puentes, días santos extendidos y hasta “jornadas de bienestar familiar”, todo cubierto por el dinero público.

Y aunque intentan justificar la suspensión diciendo que «repusieron» días en semanas anteriores, lo cierto es que las reformas clave siguen estancadas y los debates más urgentes siguen en pausa.

Así avanza el Congreso colombiano: con sueldos de lujo, descansos prolongados y cero voluntad para cambiar la realidad de quienes más lo necesitan.

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