¡Leyva desata ofensiva contra Petro con otra carta delirante y sin pruebas! Crecen alertas por intento de golpe blando del uribismo

Álvaro Leyva volvió a arremeter contra el presidente Petro con una carta cargada de acusaciones sin pruebas, desatando alertas sobre un intento de golpe blando desde sectores de la derecha.

En una nueva y alarmante jugada, el excanciller Álvaro Leyva lanzó en la madrugada una segunda carta contra el presidente Gustavo Petro, en la que insiste en señalarlo, sin pruebas, de tener un supuesto problema de drogadicción. Leyva no solo repite acusaciones ya desmentidas por el propio mandatario, sino que ahora pretende usar anécdotas inconexas y sin contexto para atacar la legitimidad de la Presidencia, justo en momentos donde la ultraderecha y sectores tradicionales intensifican su ofensiva política contra el cambio que eligieron más de 11 millones de colombianos.

El texto, que ha sido calificado por figuras del Gobierno y del Congreso como una amenaza velada al orden institucional, mezcla viajes diplomáticos, discursos fuera de contexto y hasta una llamada con el presidente de Turquía, todo para alimentar una narrativa sin sustento, pero con claras intenciones políticas.

“Presidente, está usted enfermo”, escribió Leyva sin ningún reparo, en una declaración que más que un diagnóstico parece una provocación, cargada de animadversión personal y desdén por la investidura presidencial. Y es que esta no es la primera vez que el exfuncionario lanza este tipo de ataques; ya en una carta anterior se había referido al presidente con palabras similares, ignorando que el propio Petro ha respondido públicamente y en repetidas ocasiones a tales insinuaciones.

Durante una entrevista con el comediante Juanpis González, Petro ironizó frente a estas versiones, al asegurar entre risas: “Yo estoy emancipado, hermano, así que no venga aquí con la tentación porque en mi sala está el cuadro de la tentación de San Antonio. Ahí no se puede”.

Pero más allá del tono provocador del exministro, lo que más ha escandalizado es la intención detrás del texto. Andrés Camacho, exministro de Minas, fue directo al grano: “La carta de Leyva completa lo que hace meses veníamos alertando: se prepara un golpe en Colombia. Sin pruebas y con puras anécdotas pretende el exministro suplantar y asaltar el mandato popular”.

Desde el Congreso también llegó una respuesta contundente. La senadora María José Pizarro denunció que el actuar de Leyva no solo es irresponsable, sino antidemocrático: “La carta de Álvaro Leyva solo degrada el debate político y es un atentado contra la legitimidad y la investidura presidencial (…) Con esta misiva se atenta también contra la salud de la República, el fortalecimiento de las instituciones nacionales y la estabilidad de la democracia”.

Por su parte, el representante a la Cámara Alejandro Ocampo no se guardó nada: “Álvaro Leyva fue un pésimo canciller (…) hoy solo vemos que es un mal funcionario, que está rabón porque no le nombraron el hijo”.

Las afirmaciones de Leyva llegan justo cuando sectores de la oposición y los grandes medios intentan generar una narrativa de caos institucional. El uso de frases como “usted desapareció” o “usted dejó de ser localizable” carecen de pruebas y buscan alimentar teorías que muchos ya han calificado como intentos de “golpe blando”, similares a los que se han intentado en otras partes de América Latina para socavar gobiernos progresistas.

Lo más grave de todo es que estas afirmaciones no solo buscan afectar al presidente Petro, sino que golpean directamente la imagen de Colombia en el exterior, al sugerir que el mandatario no estaría en capacidad de ejercer funciones, algo completamente desmentido por los hechos.

En los supuestos “incidentes” diplomáticos mencionados por Leyva, lo que ha quedado registrado son más bien las posturas firmes del presidente Petro frente al orden internacional, el cambio climático, el genocidio en Gaza o el papel del neoliberalismo. Ideas que, aunque incómodas para algunos, han sido aplaudidas por muchos sectores que ven en Petro una voz coherente frente a los abusos del sistema global.

Lo cierto es que el tono y contenido de la carta de Leyva ha terminado por desnudar sus verdaderas intenciones: sembrar dudas, debilitar al jefe de Estado y darle argumentos a una oposición que no ha logrado derrotarlo en las urnas, pero que ahora parece querer hacerlo por otros medios.

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