¡Se le acabó el recreo a “Papá Pitufo”! Portugal aprueba su extradición a Colombia y el país se prepara para sus posibles declaraciones

Lisboa no le creyó el cuento a Diego Marín Buitrago, alias “Papá Pitufo”, y su defensa está contra las cuerdas. El máximo tribunal portugués dejó en firme su entrega a Colombia, donde lo espera una larga lista de delitos, escándalos y posibles vínculos con figuras políticas.

Después de meses de maniobras judiciales y alegatos desesperados por parte de sus abogados, el Tribunal Supremo de Justicia de Portugal le cerró la última puerta a Diego Marín Buitrago. Conocido como “Papá Pitufo” en los bajos mundos del contrabando, Marín deberá enfrentar la justicia colombiana por lavado de activos, contrabando, corrupción y concierto para delinquir.

El fallo es contundente: “Se cumplen todos los requisitos previstos en la ley… no hay causa de inadmisibilidad o denegación de extradición», dictó el alto tribunal, descartando uno a uno los argumentos de la defensa, incluyendo su nacionalidad española y el supuesto riesgo de ser asesinado si pisa suelo colombiano.

La única carta que le queda a “Papá Pitufo” es una solicitud de asilo por presunta persecución política, presentada en diciembre de 2024. Pero los expertos aseguran que ese trámite no tiene muchas posibilidades de prosperar. Mientras tanto, Marín sigue detenido en una cárcel portuguesa, sin poder zafarse del cerco judicial que se estrecha a su alrededor.

Según la Fiscalía General de la Nación, Marín Buitrago sería el cerebro detrás de una gigantesca red de contrabando que inyectó al país toneladas de mercancía ilegal, desde cigarrillos hasta zapatos, todo bajo la protección de sobornos a funcionarios públicos. Se le acusa, además, de haber entregado dádivas a servidores del Estado para facilitar sus operaciones criminales. Y por si fuera poco, su nombre ha resonado en las esferas del poder.

Mientras las autoridades portuguesas deciden si le conceden el asilo, en Colombia ya lo esperan. El 2 de mayo de 2025, un juez de Bogotá emitió una boleta de libertad relacionada con uno de los procesos que enfrenta, pero dejó claro que aún hay pendientes por verificar antecedentes. Es decir, su situación jurídica está lejos de aclararse.

El país necesita que Diego Marín regrese y cuente toda la verdad: ¿quiénes lo protegieron? ¿A quién le dio dinero? ¿Qué funcionarios le facilitaron sus negocios sucios?

La extradición de “Papá Pitufo” no solo es una victoria judicial: es una oportunidad para que caigan otros responsables, para que los tentáculos del contrabando y la corrupción no sigan operando en la sombra.

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