El presidente del Senado, Efraín Cepeda, se enfrenta a al poder judicial que podría costarle mucho más que su silla en el Congreso. La Corte Suprema de Justicia decidió abrirle una investigación preliminar por su presunto papel en la maniobra que sepultó la consulta popular impulsada por el Gobierno, dejando a millones de colombianos sin voz en uno de los debates más cruciales del país.
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El escándalo estalló tras una denuncia que destapó una jugada que huele a trampa: según el expediente, Cepeda habría permitido que se cambiara el sentido del voto del senador Edgar Díaz después de que la votación estaba oficialmente cerrada. Un movimiento que, de confirmarse, podría configurar graves delitos como perturbación del certamen democrático, abuso de autoridad y prevaricato.
El magistrado César Augusto Reyes, presidente de la Sala de Instrucción, asumió el caso y ya dio la orden de recolectar pruebas y testimonios para desenredar esta madeja de irregularidades. Como parte del proceso, Cepeda deberá explicar en versión libre cómo y por qué se cerró la votación antes de tiempo, apenas dos minutos, cuando el reglamento señala 30, y por qué se aceptaron cambios de último minuto que torcieron el resultado.
#ElCalentao🥘 | Corte Suprema abre investigación contra Efraín Cepeda por votación de Consulta Popular.
— Señal Colombia (@SenalColombia) July 2, 2025
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Mientras tanto, Cepeda, con un discurso que ahora se le devuelve como un bumerán, afirmó el pasado 4 de junio: “Si el presidente Petro decreta la consulta popular estaría violentando todas las leyes y la justicia colombiana. Ese decreto será demandado inmediatamente”. Además, insistió en que “la consulta popular se negó en la plenaria del Senado, así que no hay manera de que el señor registrador acepte convocar a una consulta popular”.
¿Pero qué legitimidad tiene una votación manoseada? Esa es la pregunta que la Corte Suprema tratará de responder mientras los colombianos, frustrados por haberse quedado sin la consulta, exigen transparencia y mano dura contra quienes jueguen con la democracia.
Esta investigación, que apenas empieza, podría marcar un antes y un después en el Congreso. Si Cepeda realmente manipuló el tablero, la justicia tendrá que mostrar que el poder no es un cheque en blanco para torcer la voluntad popular.
En desarrollo…