¡Criminales hunden a Federico Gutiérrez!: Lo acusan de ganar la Alcaldía con ayuda de mafias y con el respaldo de bandas

Una nueva tormenta se desata en Medellín: el actual alcalde, Federico «Fico» Gutiérrez, fue denunciado penalmente ante la Fiscalía por presuntamente haber recibido apoyo electoral de estructuras criminales a cambio de cuotas de poder en su administración.

En una grabación difundida por redes sociales, varios testimonios aseguran que jefes de la temida Oficina de Envigado, entre ellos alias «Douglas» y alias «Pesebre», habrían entrado “al sótano” de la Alcaldía durante el gobierno anterior de Gutiérrez para pactar respaldos y negociar puestos.

“Por apoyar su campaña les nombraron a Villegas como enlace con el grupo criminal”, dice uno de los testimonios, en referencia a Gustavo Villegas, exsecretario de seguridad de Medellín, quien fue condenado en 2017 por sus vínculos con estructuras ilegales.

Los explosivos relatos sugieren que no solo hubo contactos, sino una supuesta coordinación directa para nombrar funcionarios estratégicos como parte de un acuerdo oscuro entre política y crimen organizado.

“Todo se hacía en privado, en fincas, en apartamentos, donde nadie viera”, afirma José Muñoz, alias “Douglas”, en una entrevista que concedió a RTVC, detallando los encuentros que, según él, fueron parte de una negociación para garantizar el control territorial y el respaldo político.

Pero el escándalo no se detiene ahí. También se apunta a que en 2004, cuando Gutiérrez inició su carrera política en el Concejo de Medellín, lo hizo bajo el manto de un movimiento ligado a sectores que, según la denuncia, estaban conectados con el paramilitarismo.

Uno de los puntos más delicados es la mención de un supuesto viaje a Ralito, Córdoba, donde Fico y otros concejales habrían sostenido reuniones con jefes paramilitares como Salvatore Mancuso y «Don Berna», aunque hasta ahora no hay confirmación oficial sobre dicho encuentro.

Y la polémica sigue creciendo: Claudia Carrasquilla, hoy concejal del Centro Democrático y exfiscal especializada en crimen organizado, es señalada de haber facilitado un preacuerdo con Villegas que habría evitado que se comprometiera judicialmente a Gutiérrez.

“Ella es experta en manejar las cosas”, dice alias «Douglas», que sugiere una supuesta maniobra para limpiar el nombre del entonces alcalde.

El contexto no podía ser más tenso: mientras el presidente Petro congregaba multitudes en La Alpujarra para promover la paz urbana con participación de cabecillas de bandas en negociación, el uribismo, liderado por figuras como el vocero Sebastián López, desataba una campaña para impedir el evento, acusando al gobierno de “regalar tamales” y “obligar a funcionarios a asistir”.

La realidad fue otra: la plaza se llenó, la gente aplaudió y, por primera vez en Medellín, no fue el “¡Fuera Petro!” el grito que se escuchó, sino un contundente y coreado: “¡Fuera Fico!”.

El episodio no solo representa una derrota simbólica para la derecha antioqueña, sino que revive el escándalo que marcó a la primera alcaldía de Gutiérrez: la caída de su secretario de seguridad, condenado por entregar información privilegiada a cabecillas criminales.

Las conexiones de Villegas con la Oficina de Envigado, según documentos de la Fiscalía y medios como Vorágine, datan de al menos 2007, cuando prestaba servicios de seguridad a grupos paramilitares. Con Fico, Villegas habría negociado con bandas para reducir homicidios a cambio de control territorial: una paz pactada con criminales para mostrar resultados en los titulares.

“Fico las hizo, por eso se las imagina”, sentenció uno de los denunciantes, refiriéndose a la reciente indignación del alcalde por la presencia de negociadores criminales en eventos públicos… olvidando que su administración también habría pactado con ellos.

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