De forma hipócrita, ahora Uribe clama por la Constitución que él mismo pisoteó para perpetuarse en el poder

Álvaro Uribe dice defender la Constitución, pero fue él quien la modificó para reelegirse y quien intentó hacerlo por tercera vez, desatando uno de los escándalos políticos más graves del país.

“La Constitución no se negocia, se defiende”, escribió Álvaro Uribe Vélez en su cuenta de X, lanzando una crítica directa contra el presidente Gustavo Petro por convocar una consulta popular mediante decreto. Pero el eco de sus palabras no tardó en chocar con la memoria colectiva del país: ¿Cómo puede hablar de defender la Constitución quien fue su principal reformador para beneficio propio?

Uribe, quien impulsó la modificación del artículo 197 de la Carta Magna para lograr su reelección en 2006, se presenta hoy como guardián de un orden que él mismo alteró. Su pronunciamiento se dio después de que el presidente Petro firmara el decreto para convocar al pueblo a las urnas, luego de que el Senado negara esa posibilidad con 49 votos.

Petro, por su parte, fue claro: “Solo se derogará antes de las urnas si los puntos que se le preguntan al pueblo, para que exprese su orden constituyente, sean respondidos positivamente por el Congreso, poder constituido legítimo para discutir leyes”.

A Uribe lo respaldaron sus viejos aliados políticos. Iván Duque afirmó que el decreto “viola la independencia de poderes” y advirtió que “Colombia no es una dictadura. Nadie puede pretender, desde la Casa de Nariño, imponer sus caprichos”. César Gaviria no se quedó atrás, calificando la medida como “una alcaldada animada por el autoritarismo desenfrenado del Presidente”.

Pero las críticas no tardaron en volverse contra Uribe. El concejal de Medellín José Luis Marín fue contundente: “Lo dijo el ‘vamos a cambiar un articulito para reelegirnos’. Preguntémosle a Yidis Medina, a ver qué opina”.

Yidis Medina fue protagonista del escándalo conocido como la Yidispolítica, en el que se reveló que su voto en el Congreso para aprobar la reelección de Uribe fue obtenido mediante presiones y promesas de cargos públicos. Según versiones ampliamente difundidas, Uribe incluso se le arrodilló en un baño del Palacio de Nariño para suplicarle su apoyo.

A pesar de los intentos del uribismo por borrar ese episodio, los hechos están documentados. La Corte Suprema condenó a varios funcionarios de su gobierno y, en 2010, la Corte Constitucional cerró la puerta a una segunda reelección tras detectar irregularidades en el referendo propuesto por el uribismo.

El representante Alfredo Mondragón también respondió al exmandatario: “¿Quién fue el que hizo cambiar, con dádivas, un artículo de la Constitución para reelegirse? ¿Quién fue el que violó la inviolabilidad de las comunicaciones protegidas por la Constitución? ¿Quién es el imputado por presunto soborno y fraude procesal, crímenes contra el orden constitucional?”.

Y el senador Alex Flórez fue aún más claro: “Durante su gobierno hubo un escándalo de entrega de notarías a congresistas que aprobaron cambiar la constitución para que Uribe se reeligiera. Negociaron la constitución. Lo intentó de nuevo una segunda vez, la Corte Constitucional no se lo permitió”.

Flórez cerró con ironía: “Qué bueno que con el tiempo Uribe haya reflexionado, y que ahora defienda la Constitución. Eso quiere decir que debe estar apoyando la Consulta Popular”.

La historia reciente no deja mucho margen para la ambigüedad. Álvaro Uribe Vélez, que ahora clama por defender el texto constitucional, fue quien más lejos llegó en reformarlo para su beneficio. Hoy, su repentina preocupación por la Carta Política parece más una estrategia política que una defensa genuina del orden jurídico.

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