¿Findeter es de los Char? Su presidente Juan Carlos Muñiz bajo la lupa por darle contratos a empresarios cercanos al clan barranquillero

La Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), entidad clave para la ejecución de proyectos públicos, sigue bajo el control de estructuras políticas tradicionales, particularmente del uribismo y el clan Char. A pesar del cambio de gobierno, el aparato directivo de Findeter permanece intacto, con figuras que llevan más de dos décadas en cargos estratégicos y nuevas designaciones promovidas por los mismos clanes políticos de siempre.

Una revisión institucional reveló que de los 28 cargos de alta dirección en Findeter (vicepresidencias, gerencias, direcciones y jefaturas clave), 15 fueron nombrados durante el gobierno de Álvaro Uribe y 13 durante el de Juan Manuel Santos. Es decir, la totalidad del equipo directivo actual proviene de gobiernos anteriores, sin ninguna designación hecha bajo el gobierno de Gustavo Petro.

Los casos más llamativos son la Vicepresidencia Financiera, la Secretaría General y la Dirección de Asuntos Contractuales, ocupadas por funcionarios que llevan más de 22 años en sus cargos. Esta permanencia en los cargos refleja una débil renovación institucional y una preocupante desconexión con los lineamientos del actual Plan Nacional de Desarrollo.

El presidente actual de Findeter, Juan Carlos Muñiz, llegó con el aval del Partido Liberal, pero en realidad es una ficha directa del clan Char. Cercano a Alex Char, fue secretario jurídico en la Alcaldía de Soledad y abogado de confianza en procesos claves del Atlántico.

Muñiz no solo representa la continuidad de la influencia charista en Findeter, sino que ha comenzado a rodearse de su círculo íntimo: nombró como secretaria privada a Betty Amado, prima de su esposa. Este tipo de decisiones han reactivado las alarmas por posibles casos de nepotismo en una entidad que maneja miles de millones de pesos para proyectos de infraestructura.

El nombre de Faisal Cure, empresario cercano a los Char, también aparece vinculado a proyectos cuestionables gestionados por Findeter, como la sede de la Universidad del Atlántico en Soledad, en la que su empresa Jacur SAS, resultó beneficiada con una adjudicación de 198 mil millones de pesos. Cure es el favorito durante el segundo mandato de Álex Char y señalado por Aída Merlano de entregar sobornos para quedarse con contratos.

También, según declaraciones de la ex asesora del Ministerio de Hacienda, María Alejandra Benavides, recursos del Invías se convertían en cupos indicativos para congresistas, es decir, se repartían como favores políticos. En esa dinámica aparecen los nombres de las representantes a la Cámara Sandra Aristizábal y Kelyn González, incluidas en un listado enviado por la Fiscalía a la Corte Suprema de Justicia por presunta corrupción en contratos del Invías.

Estos señalamientos son graves y refuerzan la sospecha de que Findeter está siendo instrumentalizada por sectores políticos tradicionales para mantener redes clientelistas y favorecer aliados.

Findeter continúa funcionando como una entidad capturada por el uribismo y los clanes regionales. El gobierno actual no ha logrado designar ni una sola persona en cargos directivos clave, lo que impide ejecutar desde esta banca de desarrollo los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo.

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