En medio del ruido político y las narrativas opositoras, el Gobierno del presidente Gustavo Petro sigue dando cátedra en gestión social. Con un récord sin precedentes en materia de infraestructura escolar, el Ministerio de Educación Nacional anunció que ya son 1.242 las sedes educativas públicas intervenidas desde el inicio del actual mandato, superando ampliamente a la administración anterior que solo alcanzó 915.
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Se trata de una inversión histórica de $3,86 billones, de los cuales $2,43 billones fueron aportados directamente por la Nación, en una clara muestra de compromiso con la educación pública de calidad. El resto proviene de recursos de gobernaciones y alcaldías que se han sumado al esfuerzo.
La transformación incluye construcción, ampliación y mejoramiento de colegios rurales y urbanos en todo el territorio nacional. Bajo la gerencia de Sebastián Caballero, el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE) entregó 290 sedes educativas solo en 2025, muchas en zonas donde antes estudiar era un privilegio inalcanzable.
Mientras unos quieren más jóvenes esclavos de la deuda con el ICETEX, nosotros le seguimos cumpliendo a la juventud con la universidad pública.
— Daniel Rojas Medellin (@DanielRMed) June 12, 2025
Anunciamos $35 mil millones para que la nueva sede del Multicampus Universitario de La Ladera en Cali, abra sus puertas este mismo año. pic.twitter.com/TiicHQYNSQ
“Estamos construyendo dignidad para nuestros niños y jóvenes, no solo ladrillos”, aseguró Caballero al presentar el balance. De esas 290 sedes, 9 son nuevas o ampliadas, y 182 mejoradas, lo que ha permitido habilitar 1.257 ambientes escolares en condiciones óptimas.
Y la apuesta va por más. Para diciembre de este año, el Gobierno espera alcanzar 2.236 instituciones intervenidas, lo que convertiría a este mandato en el más ambicioso en infraestructura educativa desde la creación del FFIE en 2015. De hecho, el 59% de todas las obras hechas por el Fondo desde entonces se han ejecutado bajo el actual gobierno.
Uno de los casos más emblemáticos es el del Catatumbo, región históricamente golpeada por el abandono estatal. En la vereda Bracitos, del municipio de El Tarra (Norte de Santander), comenzará la construcción de la sede educativa Villa Esperanza. La inversión de $6.633 millones beneficiará a más de 220 estudiantes rurales y contará con aulas, laboratorios, planta agroindustrial, biblioteca, zonas recreativas y sanitarias.
“Cuando un joven entra a la universidad, gana su familia, su comunidad y gana todo el país”
— MinEducación (@Mineducacion) June 3, 2025
Desde el Catatumbo, 13 jóvenes dejaron atrás los cultivos de coca para cumplir un nuevo sueño, el de estudiar.
Una historia de transformación, esperanza y educación como herramienta de… pic.twitter.com/GTMD4es1T8
“Aquí no había esperanza, hoy hay futuro. Aquí no había escuela, hoy habrá dignidad”, expresó un líder comunitario durante el anuncio de la obra.
Tecnología de punta como el Steel Framing, que reduce drásticamente los tiempos de construcción, y herramientas como inteligencia artificial, realidad aumentada y modelado 3D, hacen parte del enfoque innovador del Gobierno, que ha entendido que educar también es innovar.
Colombia cuenta con más de 40.000 colegios públicos, muchos sumidos en décadas de deterioro. Por eso, el enfoque del Ministerio ha sido claro: cerrar brechas con justicia territorial. La estrategia prioriza zonas como el Pacífico, la Amazonía, La Guajira y el nororiente del país, donde el abandono institucional era la norma.
¡Hoy Barranquilla es el centro de Colombia no solo porque juega nuestra selección, sino por las grandes noticias que traemos para el Atlántico! 🇨🇴 ⚽
— MinEducación (@Mineducacion) June 6, 2025
Con #EducaciónSuperiorEnTuColegio estamos cambiando la vida de miles de familias en el departamento. Ahora, en 53 colegios… pic.twitter.com/BfjcknOqLm
“Cada aula construida es un acto de paz. Cada colegio nuevo, un golpe al olvido histórico”, dijo la ministra de Educación en un reciente encuentro con comunidades del sur del país.
La revolución educativa en marcha no solo se mide en cifras y cemento. Se mide en sonrisas, en estudiantes que hoy tienen pupitres, baños, techos dignos y espacios que invitan a soñar.
Este no es un gobierno que le apuesta a la retórica; le apuesta a las aulas, al futuro, a los territorios. Y lo está cumpliendo con hechos.