¡Se va Laura Sarabia! La canciller dejó su cargo en medio de la lucha por la licitación de los pasaportes

La canciller Laura Sarabia tiró la toalla en plena tormenta por los pasaportes y deja al Gobierno con más preguntas que respuestas.

En medio de la tormenta desatada por la licitación de los pasaportes, Laura Sarabia decidió hacerse a un lado y dejar vacía la silla más importante de la Cancillería. Su renuncia, presentada desde Praga, República Checa, sacude al Gobierno a solo semanas de que expire el actual contrato con Thomas Greg & Sons.

“En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar”, sentenció Sarabia, dejando claro que su salida es más que un simple trámite burocrático. La canciller, exjefa de Gabinete y pieza clave del círculo presidencial, eligió despedirse justo cuando más arde la discusión sobre quién imprimirá los pasaportes de millones de colombianos.

Petro, decidido a cortar de raíz la relación con Thomas Greg & Sons, y ordenó que la Imprenta Nacional, junto a la Casa de la Moneda de Portugal, tome las riendas del proceso. Sin embargo, voces internas advierten que esta transición podría ser más turbulenta de lo que se quiere admitir.

Alfredo Saade, jefe de despacho del presidente, salió a calmar las aguas asegurando que no habrá caos: “Ahora vamos a enseñarle a Colombia lo que es un pasaporte para que no entren en pánico los medios de comunicación. Están intentando crear pánico”, dijo, intentando apagar la hoguera de dudas sobre la capacidad de la Imprenta para asumir la tarea en solo dos meses.

En su emotiva carta de despedida, Sarabia subrayó que su dimisión es fruto de una reflexión profunda: “Mi renuncia es el resultado de una reflexión profunda, motivada por la responsabilidad que siento con mi conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del poder público. Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar”.

Con todo y agradecimientos, la exfuncionaria se va dejando más preguntas que respuestas. A partir del 1 de septiembre, la Imprenta Nacional y la Casa de la Moneda de Portugal deberán demostrar que están a la altura del reto: evitar que los colombianos se queden sin pasaporte.

El Gobierno insiste en que no hay riesgo de colapso. Pero la salida de Sarabia, una de las manos derechas del presidente, reaviva la polémica sobre la un proceso que toca directamente el bolsillo y la movilidad de millones de ciudadanos.

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